Te recomendamos cuatro libros de la editorial independiente Kriller 71.
Ya he hablado de Kriller 71, recomendando sus colecciones e invitando a que nos convirtamos cómplices de un proyecto de edición fascinante. Hoy voy a volver al fabuloso trabajo de Aníbal Cristobo para recomendar en este ciclo de editoriales independientes cuatro de sus libros. Nadie deje de leerlos. Apostar por el trabajo de los pequeños editores es la mejor forma de luchar contra el capitalismo salvaje que nos rodea y que avanza en estampida sobre el mundo del libro.
«Tener» de Robin Myers
Estoy leyendo muchísimo a Myers. Este mes tengo pendiente una publicación sobre su poesía. Realmente ha sido un descubrimiento extraordinario y este libro, «Tener» tiene aquello que una le pide a la buena poesía: sensibilidad y exactitud en la palabra.
A lo largo de estas páginas descubrimos poemas que indagan sobre el origen y las consecuencias del daño. Es algo así como un viaje de exploración interior a través del cual la voz poética va deteniéndose en diferentes circunstancias y reconstruyendo sus emociones según qué experiencias, pero sobre todo, según qué luz.
Las pequeñas cosas, los colores, los olores y los sabores avanzan sobre la obra de Myers y reconquistan nuestra mirada sobre el mundo. Una poesía exquisita. En una traducción impecable de Ezequiel Zaidenwerg y una edición bilingüe bellísima.
Puedes leer aquí la reseña completa de este libro.
«El pensamiento del poema», de Mario Montalbetti
Este ensayo de Mario Montalbetti me ha tenido loquita durante varias semanas. Es muy difícil leerlo sólo una vez porque tiene mil ideas que se entretejen y que no pueden asirse en una primera lectura. Se trata de un libro que indaga en las cualidades de un buen poema, y que lo hace tanto desde una visión teórica como filosófica, tanto desde la forma y la métrica como desde el mensaje y el contenido.
Lo que diferencia a un buen poema de otra cosa es que no tiene una finalidad de conocimiento sino el empeño de transmitir una verdad. Esa podría ser a muy grandes rasgos la idea sobre la que se construye esta obra. No obstante, hay más, mucho más, que se desprende y queda flotando en el aire después de la lectura. Que nadie deje de leerlo.
Te dejo un enlace a la reseña completa en el blog.
«El libro de las semejanzas», de Ana Martins Marques
Una de las cualidades de este libro es que a través de pequeños fragmentos, de chispazos de vida y rutina, la autora reflexiona sobre algunos temas importantes de la experiencia vital en consonancia con la tradición literaria.
Estamos ante un poemario lleno de matices y escrito con absoluta sensibilidad. Que ha sido traducido por Paula Abramo y denota una importante mirada a los pequeños huecos de la vida. Sin lugar a dudas un poemario que nadie debería perderse.
Puedes leer aquí la reseña completa.
«El tiempo de la convalecencia» de Alberto Giordano
A diferencia de las otras recomendaciones es éste un libro que recién comencé por lo que no tengo todavía un argumento sólido para recomendarlo. No obstante, me ha impresionado desde la primera página.
El punto de partida del libro es en sí extraordinario. La búsqueda de un sosiego en medio de la certeza de una patología, buscando la intensificación de la vida como justificativo del daño. Esta idea quizá detona el inicio de la convalecencia: ese punto en el que nombramos y entondes construimos la arquitectura para «configurar los acontecimientos» y la vida sigue su curso, ordenada, pero caótica, e irresoluble.
A medida que avanzo en la lectura más cerca me encuentro de esa idea. Con un tono cercano pero profundamente estilístico Giordano nos invita a pensar la vida, el mundo y sus catástrofes desde una visión íntima, pero partiendo de la idea de que todo lo que nos rodea afecta nuestra mirada. Volveré prontísimo sobre este libro, en cuanto lo termine. Mientras tanto, puedes encontrarlo aquí.
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