Viajar es leer, decíamos hace apenas unos días. La literatura de viaje es un género que venimos cultivando y el que disfrutamos desde hace mucho tiempo. Sin duda todos tenemos algún libro de cabecera que pertenece a este género, y es que en él hay tanta variedad que podría decirse que se hermana con todos los géneros narrativos.
Hoy, no voy a recomendarles libros de viajes que haya leído sino que voy a escribir sobre los que me debo; quizá, en un intento de tener más presente esa lista y de proponerles que emprendamos esta lectura juntas. Son cuatro obras que creo pueden ayudarnos a distendernos mientras nos acercamos a otras culturas y realidades y dejamos de lado nuestra mentalidad etnocentrista. ¿Qué les parece?
De Kapuscinski a Jagierlski
Entre los grandes periodistas que dejaron constancia de su buen hacer es imposible no pensar en Kapuscinski, ¿quién que haya leído alguna de sus obras no se sintió profundamente conmovido y excitado a mandarse a mudar por el mundo para describir conflictos y situaciones difíciles a través de las palabras? Ciertamente, es un autor al que hay que leer con cuidado porque nos tienta a la aventura con la misma intensidad con la que nos obliga a pensar en otras realidades posibles. Para Jagierlski también Kapuscinski fue una verdadera referencia y por eso más allá de «Un buen lugar para morir», escribió otras obras que dejaron constancia de la brutalidad con la que ciertas culturas tratan a otras, del desprecio y la xenofobia siempre a orden del día.
Entre los libros a leer próximamente tento «Una oración por la lluvia» en la que Wojciech Jagielski, el seguidor del gran Kapuscinski, narra sus experiencias en tierra Afgana. Se estima que a través de esta lectura podremos llegar a comprender a fondo la realidad que se vive en Afganistán. Lo que sí se nos asegura es encontrarnos con la capacidad descriptiva y periodística de Jagielski para llevarnos al lugar de los lechos, para hacernos viajar a través de la lectura. Sin duda, un libro al que me acercaré prontito.
Tomás Alcoverro, de Beirut a Bagdad
Otro libro que tengo pendiente de lectura es «El decano», de Tomás Alcoverro. Es una obra que nos trasladará desde Beirut hasta Bagdad en 30 años de crónicas intensas de este corresponsal. Un viaje que promete ternura y muerte, como sólo los buenos libros saben fusionar. Una lectura más que puede ayudarnos a respirar y comprender en estos tiempos de guerra; a callar un poco más y aprender y empatizar y acercarnos de verdad a la realidad de los otros.
Las crónicas de la guerra son necesarias porque en ellas nos acercamos a la vida cotidiana de muchísima gente que es la que no figura en los periódicos, la que no comparte contenido en las redes sociales,a la que no se le pregunta qué opina respecto a la dirección que ha tomado el mundo. Por eso pienso que lecturas como ésta pueden ser imprescindibles para hacer silencio y dejar a un lado nuestra necedad a la hora de analizar los conflictos del mundo.
Los textos de Carpentier sobre La Habana
Las crónicas periodísticas tienen mucho para ofrecernos, pero hay otro tipo de libros de viaje que también puede ser maravilloso; aquellos que emprendemos de la mano de escritores apasionados de un lugar. Entre esas lecturas, encabezan mi lista de libros pendientes «El amor a la ciudad», de Alejo Carpentier. Se trata de una obra que reúne no sólo artículos respecto a La Habana, su amada ciudad, sino también un conjunto de ensayos, textos de otro tipo y conferencias en los que el narrador nos invita a un paseo intimista por esa ciudad.
Un paseo que no podremos realizar si vamos como turistas a esta ciudad; ya que nos muestra rincones personales del autor a través de los cuales podemos respirar el tinte de toda su obra, descubrir qué le entusiasmó y por qué amó con tanta pasión esa ciudad. Y, para los apasionados de la literatura de viajes, sin duda será una fabulosa lectura para seguir aprendiendo de este gran escritor.
Grecia en la mirada de Patrick L. Fermor
«Viajes por el norte de Grecia» de Patrick Leigh Fermor es el último libro de esta brevísima lista. Este viajero británico es tan expresivo que cada vez que lo leemos nos entran fuertes ganas de viajar. En este caso podemos volar inmediatamente a un lugar lleno de leyendas que vuelven sumamente excitante el paseo. Cabe mencionar que cualquier libro de Fermor puede ser un excelente billete para conquistar otras latitudes, así que si no lo han leído, se los recomiendo muchísimo.
Pienso que los grandes viajeros son aquellos que han sabido combinar viaje, historia, realidad y ficción y que han sabido dar rienda suelta a su imaginación para llenar nuestro mundo de otros mundos; y todos estos autores creo que podrían incluirse en esta categoría: viajeros con los ojos muy grandes, capaces de entender y beber el mundo.
Y ahora, amigos, ¡ha llegado el momento de volar! ¿qué les parece si emprendemos este viaje juntos? Ya les contaré dónde me aterrizan a mí estos libros.
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