Libros famosos escritos desde la cárcel

En el artículo de hoy descubriremos cómo muchos autores a los que admiramos profundamente tuvieron sus etapas de encarcelamiento; justa o injustamente debieron pagar por delitos que según la ley de la época cometieron. Lo curioso es que, mientras el resto de sus compañeros de celda veía pasar los días y las horas sin hacer nada, ellos aprovecharon el encierro para abocarse a las letras.

¿Sabían que muchas de las obras más recordadas y leídas de la historia de la literatura fueron escritas en la cárcel? Como lo leen. Títulos como «El Quijote de la Mancha» de Miguel de Cervantes y «Justina o los infortunios de la virtud» del Marqués de Sade, son tan sólo dos ejemplos de muchas historias que vieron la luz cuando sus autores se hallaban cumpliendo alguna condena, privados de su libertad. Aquí les dejo algunos títulos similares.

Cervantes y Hernández

En 1597 mientras cumplía condena en Sevilla al ser acusado de utilizar con fines propios el dinero público, Miguel de Cervantes comenzó a escribir «Don Quijote de la Mancha», sin duda una de las obras más impresionantes de la literatura de habla hispana. Aunque se estima que lo terminó habiendo ya recuperado su libertad, gran parte de esta maravillosa historia vio la luz mientras Miguel de Cervantes se hallaba encerrado. Una buena forma de aprovechar ese tiempo que de otro modo se le habría evaporado fácilmente de las manos.

Otro español que aprovechó su tiempo encarcelado para dedicarse a las letras fue Miguel Hernández. Escribió su «Cancionero y romancero de ausencias». Privado de su libertad por haberse postulado apoyando a los republicanos durante la Guerra Civil española, Miguel Hernández se dedicó a escribir estos versos absolutamente combativos y llenos de vida en un lenguaje nuevo que rompió rotundamente con su lírica de ese momento en adelante.

Wilde, Cleland y Sade

El famoso Oscar Wilde también vivió una época encarcelado; durante ese tiempo escribió una obra epistolar titulada «De Profundis». Una carta de amor dedicada a su amante Alfred Douglas escrita desde la prisión de Reading a la que había llegado acusado de comportarse de forma indecente y cometer actos vinculados a la sodomía. Es una carta llena de ira, de pasión y de tristeza en la que expone todos sus sentimientos hacia su amante de una forma intensa.

John Cleland fue otro autor que pasó un tiempo entre rejas y que, en lugar de dedicarse a autocompadecerse, utilizó este tiempo para escribir. Tal es así que su obra «Fanny Hill» vio la luz mientras John cumplía condena por haber actuado en contra de los intereses de la realeza. Esta obra fue publicada por primera vez en 1748 y se la considera la primera narración inglesa de corte pornográfico.

También el Marqués de Sade en sus sucesivas condenas por ser considerado un depravado escribió algunas de sus obras más relevantes. Entre ellas cabe mencionar «Justina o los infortunios de la virtud» que escribió en el año 1787 mientras cumplía condena en la prisión de la Bastilla. En ella el autor se vuelca inexorablemente a las palabras y parece no tener ningún filtro. En su época fue una obra que escandalizó al mundo, siendo considerada como un texto maldito al reflejar de forma tan directa los oscuros pensamientos del autor.

Castro y Hitler

El revolucionario Fidel Castro también vivió un tiempo encarcelado, momento en el que escribió su popular obra, «La historia me absolverá». En ella construye un texto defendiendo las acusaciones por las cuales estaba cumpliendo condena, por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Cabe mencionar que una de las particularidades de ese juicio fue que el propio Castro quiso defenderse.

Y siguiendo con los textos de corte político podemos mencionar «Mi lucha», de Adolf Hitler, escrita mientras cumplía condena en la prisión de Landsberg, antes de poner en marcha uno de los planes más violentos de la historia de la humanidad. Había sido condenado por haber planificado el golpe de estado (fallido) de Múnich. Sin duda, si el mundo hubiera estado más despierto habría podido descubrir en esa obra el germen del Nazismo. Las ideas principales de esa dictadura se hallan explicadas de forma escalofriante en esa obra.

Hubo otros autores que escribieron desde la cárcel. Podemos citar a Fray Luis de León que compuso «De los nombres de Cristo». El autor de Robinson Crusoe, Daniel Defoe también aprovechó su condena para escribir el «Himno a la Picota». Del mismo modo, César Vallejo y su monumental obra «Trilce». Escribir, sin duda, fue para todos ellos una buena forma de sobreponerse al encierro, de volar y de sobrevivir.