Este año ha sido difícil en muchísimos aspectos; sin embargo, también ha habido, hay que decirlo, una cosecha literaria muy interesante. Ya que una de las costumbres en nuestros diciembres suele ser obsequiar presentes a nuestros seres queridos, ¿qué mejor que optar por un buen libro para expresar el cariño y los buenos deseos? Creo que no hay mejor regalo en el mundo.
Aquí les traigo seis libros que yo me-les regalaría. Algunos de ellos tienen ya reseña en nuestra web, otros están en la lista de espera y saldrán prontísimo. ¡Ah! ¡Cuán poco nos alcanza el tiempo para leer todo lo que querríamos! ¿Verdad?
Poesía y teatro de un lado y otro del Atlántico
El primer turno es para dos primos cercanos: poesía y teatro. He escogido dos libros que me han otorgado maravillosas horas de lecturas y relecturas. Dos obras que pueden cambiarle la vida a todo aquel que se acerque a ellas (¿existen los libros que no nos cambian?). Aquí van.
«Antitierra» de Valeria Tentoni (Pez Espiral), es un libro de poesía exquisito para regalar. Tentoni, además de ser una periodista magnífica (no deberían perderse sus entrevistas en Eterna Cadencia) es una escritora intensa y llena de recovecos: tiene una manera particular de jugar con el lenguaje y una sensibilidad de esas que te tocan hondo. La recomiendo porque creo que a la poesía le vienen muy bien autoras así, atrevidas ante el lenguaje, capaces de dejarse llevar y de romper con la estructura anodina que parece tan difícil de desarraigar de la poesía. «Antitierra» es un obraza que tienen que tienen que leer sí o sí.
«La casa de la fuerza» de Angélica Liddell (La Uña Rota) es un librito que cuenta con esta y otras dos piezas inéditas de Liddell: «Anfaegtelse» y «Te haré invencible en mi derrota». A grandes rasgos son un conjunto de textos nacidos en ese intersticio que se forma entre poesía y teatro, y que reflexionan en torno a esa fuerza interior que todas tenemos y que puede ser lo único necesario para superar nuestro pequeño mundo. Un libro idóneo para darnos cuenta de que hay letra escrita para sentirse identificadas con ellas. Sobre estas maravillas de Liddell escribo este viernes en este mismo medio, si les interesa descubrir los detalles, no se pierdan la reseña de esta lectura.
Narrativa de ficción sobre arte y extranjería
Recomendar novelas es uno de los desafíos más difíciles de superar; se publican tantas novelas al año que resulta complicado decidirse por una o dos para decir ¡no debes dejar de leerla! No obstante, a veces lo tenemos muy claro. En este caso, quise escoger dos libros escritos por mujeres: dos apuestas valientes que creo deberían tener en cuenta si desean obsequiar.
«La vigilante del Louvre» de Lara Siscar (Plaza&Janes) es una novela sumamente interesante que narra la relación de las mujeres con el arte y con su propio cuerpo. El cuerpo como espacio de arte y como propulsor de la creación y la forma en la que establecemos referencias con nuestro entorno, son los temas que más destacan de esta obra. Es una novela con pocas debilidades y eso es llamativo tratándose de la primera publicación de esta autora. Un libro para regalar, qué duda cabe, y para conocer la intención narrativa de Siscar que apunta valentía y trabajo detallista. ¡Anímense a leerla!
«El libro de los americanos sin nombre», de Cristina Henríquez (Malpaso Ediciones) es una de las joyas que he leído este año. Una ¿novela? que se sitúa en la frontera del género y roza el relato y la obra de teatro. Cristina ha conseguido presentar voces que se diferencian muy bien entre sí, con sus modismos, sus gritos, sus frustraciones y nos ofrece una lectura sobre la extranjería sumamente interesante. Es esta mi novela favorita del año y la que recomendaría sin dudarlo. Además, pertenece a esas joyas arquitectónicas, si valiera este calificativo para los libros (¿acaso no nos sostienen?), que crea con tanto mimo Malpaso. Por cierto, a la hora de escoger novelas para recomendar he pensado inevitablemente en otra de Malpaso, «El protegido» de Pablo Aranda, que creo es otro libro más que recomendable para estas fiestas.
Ensayos recomendados: capitalismo y santos
Estoy convencida de que el mundo de las ideas le debe un abrazo (o muchos) a Remedios Zafra: la más valiente autora de ensayo de habla hispana. Su forma de trabajar el lenguaje sin importar el género, transgrediendo los límites del discurso para dotar a sus libros de emoción y de pulso vivo, la convierte en una autora ineludible. Su último libro «Ojos y capital» es una verdadera joya que ayuda a reflexionar sobre la forma en la que convivimos con las nuevas tecnologías y cómo colaboramos (o no) con la explotación, volviéndonos adjuntos de un sistema que promueve el consumo y no la creación. Un libro que nos anima a involucrarnos en ese sistema y convertirnos en sujetos libres y creativos. ¡Un fantástico regalo para estas navidades! (por contradictorio que pueda resultar).
El segundo no es un libro de ensayo propiamente dicho sino de semblanzas biográficas. «Vidas de santos» de Antonio Lucas (Círculo de Tiza), una interesante apuesta-lectura para estos tiempos en los que se vive más de cerca el dogmatismo y el olor a sahumerio. Lucas es el mejor periodista cultural-literario del momento (de todos los momentos, debería decir). Y disculpen mi entusiasmo pero a nadie le creo más cuando escribe, nadie me conmueve más en estos medios gastados, nadie hay tan capaz de aunar sensibilidad y reflexión en el periodismo de hoy en día. Y este libro reúne sus fabulosas y variopintas semblanzas publicadas con anterioridad en el periódico El Mundo, sobre aquellos hombres y mujeres que le han cautivado de un modo u otro. Un libro maravilloso para encontrarnos con la vida de personas rajadas por la vida y descubrirlas más cerca de nuestra realidad, de nuestros aciertos, de nuestras pasiones, que los santos del catecismo. Un libro de verdaderos héroes; sobre el que escribiré muy pronto.
Aunque las fiestas no son lo mío, aprovechar las rebajas para comprar libros, me parece una preciosa forma de darle una patada al sistema capitalista en el que vivimos. ¡Compremos libros! ¡Salvemos el trabajo de esos sujetos-santos imprescindibles en nuestra vida: los libreros! Y que la resaca de estas jodidas fiestas no nos quite la alegría de vivir y disfrutar de la lectura.
Comentarios1
Díficil y sabia elección. Tomamos nota, Tes. Un abrazo.
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