Ya decía Benedetti que la muerte es tan sólo un síntoma de que hubo vida. No puedo estar más de acuerdo con esa afirmación. Y sin embargo, cuando se nos muere alguien a quien hemos querido mucho no hay frase que nos salve. Ese hueco que se abre en nuestro estómago (que es también físico) nos convierte en extraños de nosotros mismos y nos vuelve lento el caminar. Es posible, sin embargo, que la escritura sirva para no echar a perder el síntoma de vida que en nosotros queda. Pensando en eso he preparado una pequeña lista de autores que escogieron la escritura como remiendo, para canalizar la herida de la pérdida a través de la ficción y la poesía. Van aquí tres libros sobre la pérdida que considero impactantes y, ciertamente, recomendables.
«Mar de Iroise» de Diego Medina Poveda (Poemario)
Escribí esta semana sobre «Mar de Iroise» de Diego Medina Poveda (Diputación de Málaga), un libro que se construye desde dos caminos paralelos. En uno tenemos la muerte del padre como semilla. El otro se construye desde la experiencia de la extranjería. Dos pérdidas que provocan extrañeza, dolor y en algunos casos, hundimiento.
A lo largo del libro nos encontramos con una serie de poemas que se nutren de la experiencia vital, atravesada por las dificultades de las relaciones humanas y por otra parte, del oficio literario. Es decir, la escritura como bote, como un piso al que aferrarse cuando todo parece resquebrajarse y fundirse en la oscuridad.
Se trata de un poemario escrito con muy buen gusto donde la ilusión se pelea a muerte con el dolor más insoportable e intenta impulsar al poeta hacia una zona más confortable, de luz y calor. Un libro cuya reseña completa puedes leer aquí.
«Tiempo de vida» de Marcos Giralt Torrente (Novela)
En «Tiempo de vida», Marcos Giralt Torrente reconstruye su relación con su padre, después del fallecimiento de éste. Pero lejos de tratarse de una novela pesimista y centrada en el hueco de la pérdida, se enfoca en el uso de la memoria como elemento conductor entre vida y literatura para derivar en una asomrbosa ficción. Quiero decir que no es una lectura biográfica sino llena de fantasía y, aunque no todo parece color de rosas, hay un eco de optimismo y de ternura que la vuelve realmente interesante.
Podría leerse este libro como un largo inventario en el que un hijo se acerca al reflejo de su padre, a la intimidad que esta relación supone, sin llegar a desnudarse al completo; es decir, procurando universalizar la experiencia y asimismo, la pérdida. En lo que respecta a la estructura es una novela sofisticada, con un cierto margen de asombro y una mirada sanadora. Hay en su escritura mucho de valentía y, sobre todo, una marcada necesidad de reconstruir la memoria para evitar que la muerte se lleve lo que la vida fue.
«Hacerse el muerto» de Andrés Neuman (Cuentario)
A propósito de la reedición de este libro de cuentos maravilloso que es «Hacerse el muerto» en Páginas de Espuma (y sobre el que escribiré más en detalle muy pronto) no me lo he querido fuera de esta minilista de lecturas sobre la pérdida. Y la razón es bien sencilla: contiene algunos de los mejores cuentos que he leído en la vida.
En una de sus partes, titulada «Una silla para alguien», Neuman escribe en torno a la pérdida y lo hace de una forma cercana pero para nada ñoña. Esa sensación de vacío que se abraza a nosotros cuando alguien a quien queríamos mucho desaparece se encuentra planteada de una forma asombrosamente directa y, a la vez (si se puede) bella. A través de una serie de relatos Andrés explica y se explica lo que la enfermedad y la muerte de su madre supuso para él: una serie de cambios emocionales y físicos en el mundo que no pueden revertirse.
El mundo después de su madre, es un espacio silencioso y en el que hay demasiado sol en comparación con la oscuridad que oprime su pecho, esa imagen es la que atraviesa todos los cuentos y la que veo cada vez que pienso en este libro. Quiero recomendar este libro porque es realmente bello, transformador, y porque Andrés es uno de los cuentistas que más me fascinan de nuestra generación. ¡No dejen de leerlo!
Comentarios2
Tes: gracias: muy válidos tus consejos..
Ramón
Gracias, Tes. Saludos.
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