Las vacaciones son un excelente momento para leer o escribir. Sí, también para irse de veraneo con amigos y familiares. Pero incluso si hacemos eso podemos encontrar un buen momento para la lectura y la escritura. Ya sea despatarrados en la arena mientras oímos el murmullo del mar o descansando a la sombra de un enorme árbol, o tomando un refresco en una tumbona a orilla de la piscina. Cada cual sabe cuál es el mejor sitio donde disfrutar de la literatura.
En mi caso, este año me he decantado por algunas lecturas relacionadas entre sí y un par de libros de poesía que me parecen indispensables. De esas lecturas he seleccionado cinco que quiero compartir con ustedes porque creo que podrían resultarles atractivas. ¡A disfrutar del tiempo libre leyendo más que de costumbre!
Dos libros sobre el mito de prometeo
Sí, vengo dando vueltas con este tema desde hace varios artículos y es que he estado fascinada con varias lecturas relacionadas con este mito que me han ayudado a comprender mejor una lectura fabulosa sobre la obra de Lugones y los arquetipos que se deducen de ella. Una reseña que les he prometido y que verá la luz pronto.
La primera de las lecturas es «Las tragedias completas de Esquilo» (Cátedra). Soy de las que vuelven año a año a los griegos. Cada tanto, necesito a Esquilo y a Eurípides, porque pienso que en ellos existe toda la literatura; que todo lo que se ha escrito podría encontrarse escondido en esas obras de teatro antiquísimas y fabulosas. Nadie que aprecie la buena literatura debería dejar de leerlos y releerlos. Este año mi relectura ha caído sobre todo sobre la tragedia de «Prometeo encadenado» y, nuevamente, me he quedado fascinada con Esquilo.
Esta historia comienza con la llegada de Fuerza, Hefesto y Prometeo a la montaña de Escitia donde éste debe ser encadenado a una gran roca para que los buitres le coman el hígado. Así lo ha ordenado Zeus después de que Prometeo sintiera compasión por los hombres y les hubiera desvelado el secreto del fuego, permitiéndoles de algún modo ponerse a la altura de los dioses, con la capacidad de crear y transformar la vida. Enfurecido por su acción, Zeus lo condena al olvido eterno. En este libro Esquilo nos acerca una colorida visión del mito de Prometeo y creo que puede ser una maravillosa lectura para reflexionar en torno a muchísimos temas relacionados con nuestra realidad y, sobre todo, para ahondar en lo más profundo de la literatura.
Siguiendo con el mito de prometeo otra de mis relecturas fue «Fausto» de Johann W. Goethe, libro con el que me pasó algo curiosísimo. Como no lo tengo en casa he ido a sacarlo a la biblioteca municipal; al pedírselo a la bibliotecaria me llamó la atención que no lo conociera. No sólo eso, sino que me pidió que le deletreara el apellido de este impresionante escritor. Yo no creo que todos debamos leer todo lo que nos digan, pero supongo que al menos conocer las referencias fundamentales de la literatura para conseguir un puesto de bibliotecario debería ser lo mínimo. Después de esta experiencia comprendí que la gran crisis que sufren las bibliotecas quizá no se deba tanto a una falta de recursos económicos, sino a una falta de voluntad intelectual. En fin, este es otro libro que les recomiendo muchísimo.
En él, Goethe nos plantea una nueva lectura sobre el mito de Prometeo. Fausto es un personaje lleno de ansias de poder y sabiduría que no duda en llegar a un acuerdo con el demonio para alcanzar sus beneficios. Un hombre iluminado que en lugar de usar positivamente su talento se deja absorber por una vida amoral y licenciosa. Se trata de un libro lleno de matices que nos permite acercarnos a lo más vil de la humanidad y escarbar en sus simientes.
Algunos poemarios
Tampoco me olvido de la poesía. Y estos meses entre las lecturas que quiero destacar se encuentran un nuevo poemario y dos relucturas de poesía.
El nuevo es «Canciones para un pequeño circo ruso» de Antonio Muñoz Quintana (Monosabio). Se trata de un libro lleno de imágenes y palabras que nos obligan al replanteamiento de los propios pilares de la vida. Me ha resultado un poeta muy conciso y con una gran habilidad para ligar metáforas claras con imágenes de carácter surrealista. Sobre este libro volveré, cuando retome la escritura de las reseñas de los viernes. ¡Estén atentos!
El segundo libro de poesía que ha vuelto a mis manos es la «Antología poética» de Raúl González Tuñón (Losada). Un libro de una riqueza lírica alucinante. Donde a cada paso te encuentras con vivas postales; crueles a veces, llenas de luz otras.
González Tuñón es un escritor argentino al que muchos desconocen y que, sin embargo, tiene una vasta y auténtica obra. La relectura de esta obra completa me ha hecho hacerme consciente de que hasta el momento no he escrito sobre él, así que ya estoy trabajando en una nota extensa sobre su obra para aquéllos que todavía no le han leído.
El tercer poemario es «Hotel Origen» de Javier Vela (Pre-textos). Sí, he escrito hace muy poco sobre él (pueden leer la reseña aquí), pero es que me ha gustado tanto que estoy saboreándolo con lentitud. Hay en él cientos de imágenes exquisitas y un manejo del lenguaje y de los recursos poéticos muy interesante. Es un libro ideal para disfrutar de la buena poesía, pero también una excelente herramienta para aprender a mejorar la propia lírica. Pienso que los que escribimos deberíamos leer como quien estudia para un examen, porque es la única forma de volvernos mejores en lo que hacemos.
Todavía nos queda una quincena antes de comenzar septiembre. Espero que puedan aprovecharla rodéandose de buenas lecturas. Por cierto ¿querrían compartir con nosotros lo que están leyendo o han leído estas vacaciones?
Comentarios2
Tomo nota, Tes. Me parece una gran idea la de retomar cada verano alguna lectura de los clásicos, en este caso de los griegos. Feliz lecturas 😉
Gracias por la recomendación
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