Con motivo del aniversario del nacimiento de Louis Barthas he recordado su maravilloso libro «Cuadernos de guerra», cuya mirada me ha llevado hacia otros textos bélicos. Y entre guerra y paz he terminado en esta lista minimísima que se compone de tres libros que tratan sobre la Primera Guerra Mundial. Es difícil decidirse tratándose de un tema que ha dado pie a tantas historias y relatos diferentes, así que para no liarme demasiado he optado por tres libros a los que he vuelto en más de una ocasión. El de Louis Barthas, por ejemplo, es uno de mis libros de cabecera. Vuelvo a él a menudo, porque me sirve para pensar muchos aspectos de nuestro tiempo. La lucidez de este relato me parece de otro mundo.
1- «Los cañones de agosto» de Barbara W. Tuchman
Esta novela es una interesante postal sobre las causas de la Primera Guerra Mundial y la forma en la que la idea del conflicto se vio reflejado en la sociedad.
Europa se hallaba en una etapa de cierta prosperidad cuando de pronto todo se vino abajo. La decadencia de un mundo que parecía prometedor y brillante y la desaparición no sólo de los referentes arquitectónicos (volteados por los cañones) sino de la estabilidad social, tienen consecuencias impredecibles en la estructura de las relaciones sociales y de la vida personal de los europeos.
Con un estilo muy auténtico, Tuchman consigue explorar las repercusiones que la guerra provoca en la psicología de las personas y analiza los síntomas del desconcierto de los habitantes de un continente que vivía engañado. A través de la lectura nos encontramos con una mirada intensa sobre el escenario político, cultural y económico de Europa y conocemos a los principales protagonistas de una época crucial para la historia de la humanidad. Un período determinante para definir el concepto de guerra; para reformularlo, mejor dicho, donde ya no vence quien tenga más artillería sino aquel que sepa conseguir mejores aliados y administre de forma cuidadosa su poder y sus concesiones.
2- «La iniciación de un hombre» de John Dos Passos
¿Quién no recuerda con cariño a Martin Howe? Ese personaje de John Dos Passos que se ofrece para colaborar con el ejército estadounidense en el servicio médico y que parte lleno de ilusiones, con el deseo de hacer algo importante por su país. Lo que no sabe es que aquel viaje lo cambiará para siempre, porque lo que tendrá que observar será espantoso, y las decisiones que deberá tomar lo llevarán a sentirse miserable y a despreciar la vida.
Una de las cosas más interesantes de este libro es cómo Dos Passos consigue llevarnos de la mano, internándonos lentamente en el caos y el dolor. Partimos de una imagen que despide algarabía e ilusión y a medida que nos vamos internando en la lectura, y por ende, en la guerra, la escena se va oscureciendo más y más. Pasamos de la risa al silencio, y después, al llanto y a los gritos. Y todo ese proceso de transformación que vive el personaje se ve reflejado en la historia, en el uso de una narrativa totalmente representativa.
En esta obra de John Dos Passos nos encontramos con una visión muy pictórica de la guerra, podríamos dibujar cada suceso con precisión si fuésemos artistas. Sin duda, no sólo nos quedamos con esa sonrisa de Martín, tan inocente, que se transforma hasta el llanto, sino también con una prueba más de la contundente escritura de este autor.
3- «Cuadernos de guerra» de Louis Barthas
No existe libro sobre la Gran Guerra que me haya causado y me haya hecho llorar tanto como éste publicado por Páginas de Espuma. Es posible que las coincidencias políticas con su autor (anarquista y pacifista) sean uno de los principales elementos que me hacen empatizar con él, con su mirada sobre el mundo desde la primera página. Pero hay mucho más: tenemos aquí un detallado reportaje sobre el día a día de los soldados, desde la llegada a Narbona en agosto de 1914 hasta el armisticio en 1918. Pasando por el frío, la sed, el hambre, las pulgas y, por supuesto, la guerra, la muerte, la sangre, el dolor, las enfermedades, la gangrena. «Cuadernos de guerra» es uno de esos libros al que todos deberían llegar para quedarse, porque además se encuentra narrado con sinceridad y con una pasión por la vida que asombra, teniendo en cuenta las condiciones en las que fue escrito.
Louis Barthas era tonelero hasta que le llegó la hora de alistarse en el regimiento y combatir en la Primera Guerra Mundial. A lo largo de su experiencia como soldado escribió todo lo que vieron sus ojos, con la certeza de que aquello no podía desaparecer como lo hacían las vidas de tantos hombres. Escribió sobre muchos de sus compañeros, a los que vio reír y también morir y cuando regresó a su tierra, Homps, al sur de Francia, recuperó su labor de tonelero y se dedicó al activismo. Fundó la Primera Cooperativa Agropecuaria y luchó por los derechos de los trabajadores. Su único libro fue este. Hay hombres que con poco han hecho demasiado. ¡Nadie debería dejar de leerlo! Aquí pueden leer la reseña que publicamos en su momento en esta web.
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