Libros de viaje: introducción al género literario

Hoy comenzamos un nuevo ciclo en Poemas del Alma en el que hablaremos sobre libros de viaje. Publicaré en este apartado tanto textos relacionados con la escritura de libros de este género como reseñas de algunos de los libros de viaje que más me han impactado.

Un viaje comienza antes de que se ponga en marcha el vehículo en el que nos moveremos: en el instante en que ponemos nuestros pies sobre dicho vehículo. También en este ciclo empezaremos por el principio: una definición sobre las obras enmarcadas en este género y un breve recogido por la historia. Espero que naveguemos juntos por estos artículos como quien se lanza al vacío.

La literatura de viajes a lo largo de la historia

En su ensayo «Breve aproximación al concepto de literatura de viajes como género literario» José María Santos Rovira y Pablo Encinas Arquero detallan meticulosamente las razones por las cuales aunque los libros de viaje siempre estuvieron enmarcados dentro del género narrativo en sí mismos tienen todas las características que se esperan de un texto para ser considerado como un género independiente. No sólo es un género con historia sino que además tiene sólidos cimientos.

A lo largo de la historia han existido muchos autores, en su mayoría narradores, que se han decantado por el género de la literatura de viajes. Esto reafirma la necesidad de entender esta escritura dentro de un nuevo género: sólo basta revisar las obras de esos autores y descubrir cuán diferente es el tratamiento que han hecho de las crónicas de sus viajes que el de los textos narrativos de ficción o no ficción.

Pero, si bien muchos autores han desarrollado el género (podríamos citar las obras de Heródoto en el siglo V a.C., o las de Estrabón en el siglo I a.C.), recién en el siglo XIV los libros de viaje comenzaron a desarrollarse de forma más intensa y definida. Por ejemplo, en la literatura española fue «Embajada a Tamorlán» de Ruy González de Clavijo el libro que inauguró el género: que narra los viajes que realizaron los enviados del rey Enrique III de Castilla para encontrarse con el emperador asiático Tamorlán.

La literatura de viajes como género

La primera definición de género literario la dio Aristóteles en su «Poética» (335 a.C.). Según Aristóteles existen tres tipos de géneros literarios bien definidos: la lírica, la épica y el drama; cada uno de ellos se caracterizaba por desarrollarse en un medio con una forma y un tipo de lenguaje en particular. Posteriormente el campo se fue abriendo, al descubrir que existían dentro de esos géneros obras que compartían características entre sí y otras que no. Y así fueron surgiendo nuevas clasificaciones.

En un libro de viaje se recogen las emociones de un viajero las cuales se matizan por las muchas experiencias que vive en su aventura. El choque de su cultura con la cultura del lugar que visita y su forma de acercarse a la gastronomía, a los paisajes, al clima de ese lugar, son algunos de los puntos que suelen protagonizar estos textos.

Cabe mencionar que la razón por la cual este género nunca tuvo la suficiente fuerza como para considerarse como tal fue que, según una perspectiva de la crítica, la enumeración de hechos no puede considerarse un acto literario; sin embargo, al comenzar a leer un buen libro de viaje descubrimos que posee todos los papeles para ser considerado como un hecho narrativo bien diferenciado de una novela o del relato.

Un libro de viaje se escribe con la intención de dar a conocer un nuevo territorio, o mejor dicho, una nueva y particular visión sobre un determinado territorio y su cultura. El autor se dedica a detallar lo que ve y va contando día tras día cómo es su experiencia de viajero en ese punto del mapa.

Cabe mencionar que no todos los autores se decantan por una mera descripción de lo que los rodea. En algunos casos apuestan por un discurso en donde lo real y lo imaginario tienen cabida y permiten una experiencia auténtica para el lector: le ayudan a viajar a otros lugares y le cuentan cómo es la vivencia de alguien como él en ese territorio. Dependiendo del tipo de discurso al que se acoge el autor será el subgénero al que pertenezca la obra.

Foto: Librería de Viajes Altaïr

Subgéneros de la literatura de viajes

Dentro de los libros de viajes hay a su vez subgéneros. Cada uno de ellos se caracteriza por tener una forma de exponer el argumento y una manera de llevar a la práctica la escritura muy definida. A continuación, algunos de los subgéneros más populares.

Las crónicas de viaje se caracterizan por ser textos en los que se reúne de una forma directa y clara la experiencia del viajero por ese nuevo territorio. En su mayoría son libros meramente informativos que, en otra época, podían servir para conocer a fondo las características de la gente y de un lugar desconocido.

Las cartas de viaje son textos que reúnen la correspondencia del viajero con los que se han quedado en su ciudad de origen. Este tipo de textos suelen ser muy interesantes porque permiten acercarse a una visión muy cercana de la experiencia del autor como viajero.

Una novela de viaje es principalmente un texto descriptivo en torno a la vida de la gente y a su cultura con algo de ficción o de perspectiva narrativa.

Otro subgénero es el de los viajes anovelados cuyo referente que primero me viene a la mente es Julio Verne. Este tipo de libros nos invitan a viajar a otros mundos a través de la geografía usando también la imaginación, para vivir aventuras impactantes que consiguen que esos lugares remotos se queden grabados en nuestra mente de una forma indeleble.

Dicho todo esto y volviendo a lo expuesto por Rovira y Arquero, la literatura de viajes no puede quedar reducida a ser un subgénero de la narrativa, porque posee forma, estilo, contenido e historia. Y con todo esto es capaz de ofrecer una experiencia única y completa para los lectores.