En 1492, Europa descubrió el nuevo mundo. Lo que no quiere decir, por supuesto, que esa tierra («nueva» para los europeos) no contaba con miles de pobladores y con una cultura milenaria de importantes tradiciones. De todas formas, la llegada de Cristóbal Colón a América dio inició a una nueva concepción europea acerca de la ciencia y el arte.
La Era de los Descubrimientos, como también es conocido este periodo histórico, fue el momento del desarrollo de la literatura renacentista. Se trata de una forma literaria que incluso desembocaría en el género de la novela, con propuestas pioneras como «Utopía» de Tomás Moro (1478–1535).
Entre los principales valores renacentistas, aparece el hombre como centro del universo, capaz de crear su propio destino. La razón se antepone al sentimiento y se busca el equilibrio y la armonía. Por otra parte, los autores renacentistas suelen describir al mundo no tal cual es, sino cómo debería ser.
Para diferenciarse de la intención moralizante de los tiempos pretéritos, un grupo de escritores se abocó a la creación de obras dramáticas de entretenimiento, con dramaturgos que quedaron en la historia como William Shakespeare (1564–1616), Christopher Marlowe (1564–1593), Molière (1622–1673) y Ben Jonson (1572–1637).
Miguel de Cervantes (1547–1616), por otra parta, fue el autor de la primera novela europea moderna, la famosa «El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha». Esta obra fue publicada en dos partes: la primera apareció en 1605 y la segunda, una década más tarde. El libro es una parodia de las novelas caballerescas, con un nuevo tratamiento de las leyendas heroicas populares.
En cuanto a la poesía lírica de la primera mitad del siglo XVI, es importante destacar a exponentes como Garcilaso de la Vega (1501–1536). En el terreno de la literatura religiosa, sobresale la figura de Sor Juana Inés de la Cruz (1651–1695).
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.