Una de las preguntas que siempre me hago es acerca de hasta qué punto debo respetar la estructura reconocida como imprescindible en un género. Y hasta dónde dejarme llevar por mis emociones, sin importar las consecuencias que esto traiga.
Es cierto, es difícil de responder, sobre todo porque vivimos en un mundo lleno de prejuicios y donde no hay espacio para lo novedoso. Pese a todo, en ese mismo mundo, personas con una manera de entender el arte absolutamente llamativa y emocional han conseguido hacerse un hueco… Entonces ¿por qué seguir insistiendo en que las cosas deben hacerse de un único modo?
Pixar, en el medio entre literatura y cine
Como ya lo sabemos entre literatura y cine no hay tanta distancia. El cine no es otra cosa que libros-guiones puestos en imágenes, al igual que lo son los videojuegos, las series de TV y casi todo lo que consumimos. La literatura está más cerca de nuestra vida de lo que creemos.
Habiendo comenzado así el artículo de hoy, deseo analizar el secreto que Pixar viene demostrando desde sus orígenes. Lo suyo no son los buenos gráficos (aunque presentan lo mejor en este aspecto, en comparación con cualquier otro equipo), tampoco son los buenos chistes (que también, siempre consiguen hacerte reír muchísimo). No, lo más impresionante de Pixar son los guionazos de cada nueva historia que ofrecen.
Lo que sobrepasa todo lo creíble son sus historias. Tienen guiones tan buenos que por un momento te olvidas de que esos personajes han sido modelados en 3D e incluso que son huecos por dentro. Consiguen dotar de tanta vida a los personajes, al darles historias estupendas, que no llegas a separar esa historia de la realidad.
Cortos tampoco despreciables
Una de las cosas que me fascina es que cuando pago por ver una película de Pixar, sé que también estoy yendo a ver un nuevo corto, y me genera mucha intriga saber con qué se van a salir cada vez.
En el último largometraje, titulado «Monsters University», presentaron un corto que superó todas mis expectativas. ¡Le dieron vida a dos paraguas! Y lo hicieron, una vez más, de una forma escalofriante. Que puedan conmoverte en tan pocos segundos, mostrándote lo que ocurre debajo de nuestra realidad: en las alcantarillas, en las calles y cómo vive la vida un simple paraguas, es realmente alucinante. No quiero contarles más, pero me pareció un buen ejemplo para este artículo.
No hay límites sobre los caracteres que pueden conmover al lector-espectador. Los límites los ponemos nosotros como creadores, y en ese punto posiblemente reside una de las mayores bondades que tiene este arte. De nosotros depende llegar, conmover y atrapar al lector. Y Pixar sí que sabe hacerlo.
Cómo hacer guiones que «la rompan»
En la construcción de un personaje, como ya lo hemos expresado en otras ocasiones, es fundamental trabajar sobre las tres dimensiones física, sociológica y psicológica.
En la medida en que consigamos hacerlo bien, posiblemente resida parte del éxito del guión. Si los personajes presentados cargan con una historia y una personalidad definida, es muy posible que los espectadores sientan atracción por la misma. De hecho, no puede existir una buena trama si no se ha trabajado antes sobre los personajes y el escenario de los hechos.
En cuanto a la estructura, es importante siempre tener presente el movimiento y el encadenamiento entre los diversos hechos a lo largo de la trama. La acción no solamente se define a partir de los hechos, sino también de la forma en la que los personajes los viven.
Es decir, de cómo los hechos los transforman emocionalmente y, sobre todo, de la relación que existe entre causa y efecto. A su vez, tiene que existir un cierto hincapié en el conflicto, en cómo éste debe ir creciendo hasta alcanzar su punto máximo (clímax) y después descender en el desenlace de la historia.
Personajes que viven más allá del guión
Lo que convierte a las «Toy Story» (1,2 y 3) en grandes películas no es la exquisités de sus modelos, cada año más complejos y articulados, sino la vida de la que han sido dotados todos y cada uno de esos juguetes. Porque Pixar consigue demostrarte que existen realidades paralelas detrás de la que creemos es la única posible. Hacen que te plantees la posibilidad de lo desconocido como factible.
Creo que en eso reside uno de los mayores secretos de John Lasseter y su equipo. Te presentan un mundo absolutamente creíble y te convencen tanto de ello que ya no hay forma de que veas tu propia realidad desde una única perspectiva. Una vez que ves sus películas, esperas que los juguetes te hablen, piensas que hay monstruos que pueden ser buenos, e incluso, puede que al salir en un día de lluvia te des cuenta de que tu paraguas tiene una vida mucho más compleja, que la que lo condena simplemente a protegerte del agua.
Así que, ya lo saben. Si quieren llegar lejos, no basta una buena estructura o el cuidado en lo superficial, lo más importante es tener una buena historia para contar y hacerlo de la forma más creíble posible. Y sino, pregúntenselo a Pixar. 😉
Comentarios2
gracias, por la información
Hay a mi me fascinan!!! El corto de el paraguas uff buenisimoo! Me encanto!!!
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