Llegué a Juan Marsé por otros escritores que me interesaban. Llegué como quien aterriza en tierra de nadie, con la convicción de que si este autor era tan necesario para otros escritores que me gustan, algo tendría que encontrar para mí en su obra. Ahora que lo hemos perdido descubro que pocas veces he escrito sobre su obra, y a modo de disculpa va un pequeño perfil para quienes estén interesados en acercarse a sus novelas y quieran saber cuál es el hilo conductor entre ellas. Me atrevo a afirmar que estos tres elementos han sido el faro de Marsé, o dicho de una forma más humilde: que en cualquier obra suya habrás de encontrarlos.
Los desterrados
Marsé forma parte de un grupo de autores que iniciar una nueva era en la Literatura española. Herederos de la guerra de sus padres, debieron trabajar duro por erradicar la tradición de la obra sin olvidarse de la historia.
En el caso de Marsé, el trabajo de progresismo estuvo enfocado desde la mirada de los débiles. En su narrativa ha sabido darle voz a los desterrados, los olvidados, los ninguneados, convirtiéndolos en protagonistas.
Los personajes de Marsé han sufrido o están sufriendo situaciones que a simple vista parecen imposibles de resolverse. Pero a través de su narración consigue que esos personajes trabajen su propio dolor y sus dificultades y aprendan algo de la vida; lo cual resulta verdaderamente interesante.
Este podría ser el rasgo principal de su obra. Un elemento que encontramos en todas sus historias y que nos permite conocer la vida o una parte de ella, a través de la experiencia de los que no han tenido voz a la hora de contar la Historia.
Los desengaños amorosos
El amor ocupa un lugar predominante en toda la obra de Marsé. Pero sobre todo, las dificultades para el amor.
En un tono casi melancólico nos topamos con personajes que por diferentes situaciones no pueden amar, porque la situación se los impide o porque uno de ellos es rechazado por su par.
Si el amor ocupa un lugar crucial en la historia de la literatura, el desamor ha alimentado una tradición que no siempre está vinculada al victimismo: el desamor está cerca del realismo y permite una visión distinta sobre la vida, donde la esperanza reside en algo que no siempre es paradisíaco, simplemente supone una chispa de luz. Esto también lo encontramos en la obra de Marsé.
En esa línea también podríamos analizar esa forma de tristeza con la que se mira el pasado. La pérdida y el desamor seguramente son hondos abrevaderos de toda la obra de Marsé.
Los valientes
La valentía está en los débiles. Éste parece el mensaje que podemos extraer de todas sus obras. No encontramos superhéroes, no encontramos hombres fornidos capaces de luchar contra lo que se les caiga encima, encontramos personajes débiles que dudan y sienten miedo. Y que, sin embargo, son capaces de ponerse por encima de su propio espíritu para hacer aquello que consideran que tienen que hacer.
Los personajes de Marsé, entonces, sufren y forman parte de un grupo no privilegiado, de un grupo de desclasados; sin embargo tienen una luz: son valientes, saben enfrentarse a las situaciones y se levantan contra aquello que los oprime. Aquí, uno de los grandes secretos de la obra de Juan Marsé.
Y éste es seguramente uno de los rasgos que más me interesan de toda la obra de Marsé y que ha inspirado a autores a los que leo con absoluta devoción.
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