«La lucha por el vuelo», de Sergio Navarro Ramírez —Ediciones Rialp—

Le pido a la poesía que me transforme, que se escriba sobre lienzos en blanco en lugar de doblarse sobre sí misma para decir lo mismo con distintas palabras. Le pido a la poesía que vuele, que no se avenga a tradiciones, que luche, que se retuerza, que pise el barro y se plante ante mí como algo transformador. Pero a veces ella me choca, me empuja a la lectura de poetas que, cerca de la métrica tradicional, pueden decirme algo que me inspire o me lleve a reflexionar sobre temas que me interesan. Esto me ha ocurrido con «La lucha por el vuelo» de Sergio Navarro Ramírez (Ediciones Rialp), un poemario que se construye en versos endecasílabos y plantea un viaje de ida y vuelta desde el centro de uno mismo hacia el entorno natural, donde árboles, pájaros y luna ocupan el foco del paisaje. Un libro que recibió el Premio Adonáis 2016 por su manera contemplativa de observar la naturaleza y su delicada musicalidad.

De la soledad poética

«La lucha por el vuelo» es un libro que narra un viaje desde dos perspectivas. Por un lado, el viaje interior que todo mortal hace, que va desde la soledad y la reflexión íntima hasta el encuentro con los otros, la comunión colectiva. Por el otro, el viaje exterior que consiste en abandonar las ciudades para atrincherarse en el bosque, cerca de los pájaros, para recuperar la voz de la naturaleza. Ambos confluyen hasta devenir en un acercamiento a la naturaleza que permite el entendimiento de los signos de la vida y del lugar que como humanos ocupamos en ella.

En ese sentido es éste un libro que nos invita a establecer un lazo más cercano con nuestro entorno, a contemplar la vida más allá de nuestras ventanas y a descubrir los detalles que se nos escapan por estar tan preocupados en asuntos que se dejan fuera la vida natural. Vamos atravesando la lectura y cada vez esta luz se vuelve más nítida.

Sobre esa soledad primera, que se afinca en el recogimiento y el encuentro con uno mismo, giran los poemas de la primera parte. La voz se detiene en la construcción identitaria y en el papel que juega en ella la naturaleza; la forma en la que el poeta encara esta misión es a través de poemas que van descubriendo lentamente el germen de la vida y las muchas maneras que encontramos para establecer lazos con los elementos y criaturas de la naturaleza para explicarnos a nosotros mismos.

A la comunión con el entorno

En la segunda parte aparecen los otros (el amor, la amistad, los lazos íntimos) y con ellos las necesidades y compromisos que se van gestando al entablar relaciones. Aquí la voz se vuelve más gruesa, por momentos melancólica, porque el paso (y peso) de los años va socavando la ilusión, a la vez que sirve para entender que lo que se ha conquistado bien ha merecido la pena el esfuerzo (camino recorrido monte adentro). Hay en estos poemas el deseo de contar lo vivido y de renombrar el universo.

A lo largo de la lectura descubrimos muchos poemas que se gestan en esa idea, en el deseo de poner nombre al mundo que nos rodea y no entendemos, como único camino posible para alcanzar el vuelo. Con delicadeza la poesía de Sergio se abre camino y escudriña en los secretos mejor guardados del mar, de la vegetación, de la noche, para comprender el misterio de los lazos humanos.

Evidentemente nuestra relación con la naturaleza es uno de los temas que nos obsesionan. En mi caso, que me obliga a leer a los autores con la ilusión siempre despierta de hallar algo que me transforme; porque eso es lo que le pido a la poesía. En ese sentido no resulta novedosa la lectura de «La lucha por el vuelo», sin embargo, hay en este libro una dulzura y un cuidado de la forma para intentar explicarse (y explicarnos) que me ha gustado; creo que con él Navarro ha asumido una búsqueda poética directa y necesaria.

Lenguaje que se abre camino

En la poesía de Sergio he hallado un cierto atisbo de belleza, que se derrama en frases como ésta del amonites. La forma en la que consigue hilvanar las sensaciones íntimas con la lucha de la naturaleza por sobrevivirse, me parece ciertamente interesante. Pese a que en lo estructural no hay un aire transformador, parece haber sí la intención de repensar algo: la forma en la que miramos nuestro entorno. Y esto no deja de ser alentador.

Intuyo que hay una voz profunda que todavía no se ha revelado en su máximo esplendor. Y por eso, pese a que me habría gustado una mirada menos encastrada en la tradición para un tema sobre el que reincidimos pero que debemos aprender a mirar y pronunciar con los ritmos de nuestro tiempo, he encontrado belleza en estos poemas, y me quedo con ella, confiando en que el paso de los años y el trabajo de Navarro le deparen una consolidación auténtica a su poética.

LA LUCHA POR EL VUELO
Sergio Navarro Ramírez
Ediciones Rialp
64 páginas
9,00 €