Continuamos con nuestro ciclo acerca de aquellos lugares escondidos dentro de las grandes ciudades donde los apasionados de la lectura podemos disfrutar de momentos sumamente agradables, hoy hablaremos de Málaga.
Calles sembradas de poesía
Málaga es cuna de muchísimos poetas, autores que han cambiado el rumbo de la poesía.
Nombres como el de Manuel Altolaguirre o Manuel Alcántara seguramente han hecho posible que el nombre de esta ciudad sea conocido en otros rincones del mundo, pero no solamente ellos sino también otros de renombrada trayectoria como García Lorca o Juan Ramón Jiménez quienes apostaron por esta ciudad para que en ella floreciera su talento literario.
No debemos olvidar que en Málaga nació la revista poética más conocida de nuestro idioma, Litoral, la cual al día de hoy se mantiene en pie y es publicada incluso en Latinoamérica.
Pero no hace falta irse a épocas pasadas, la poesía todavía sigue muy viva en esta ciudad; tal es así que existen miles de voces nuevas que resuenan por toda la ciudad y la poesía tiene una importancia sin duda mayor que en otras ciudades.
En el centro de Málaga hay lugares específicos donde se realizan ciclos de poesía, recitales, puestas en escena y donde la poesía se fusiona con la música y muchos otros espectáculos similares, por eso para todos los que son aficionados a este arte, seguramente puede ser una excelente opción para las próximas vacaciones. Doy fe de que en Málaga se sentirán como en casa.
Verde y café para disfrutar de la lectura
Uno de los lugares sin dudas más mágicos de esta ciudad para leer son sus extensos montes donde no necesitas irte de la ciudad para huir de ella.
A tan sólo minutos del centro podemos perdernos en el sendero que conduce a la Alcazaba con sus hermosos jardines y paseos y sentarnos en un rinconcito a leer; también a lo largo de toda la circunferencia de la urbe existen diversos espacios verdes magníficos. Quizás lo más recomendable es llevarse un poemario de algún autor andaluz porque, en esta ciudad, sin duda la poesía ocupa un lugar privilegiado.
Uno de los primeros lugares que recomiendo visitar es el Café con Libros, ubicado en la Plaza de la Merced, un pequeño barcito sumamente acogedor, con el silencio ideal para una charla íntima o una bonita lectura, mientras disfrutamos de un rico café, cerveza o lo que nos guste.
El lugar se compone de una terraza al aire libre donde cuando el tiempo es bueno es muy agradable sentarse a leer y un pequeño habitáculo en el interior, muy acogedor, con pisos de madera y un estilo rústico y ¡lo mejor! una biblioteca con numerosos libros y revistas. Muchos de ellos se encuentran escritos en inglés.
La casa invisible es otro lugar acogedor para los amantes de los libros. Se trata de un centro cultural donde se reúnen cada semana artistas de diferentes géneros a compartir su trabajo y donde además hay un pequeño bar con varias meses donde se puede pedir una bebida a buen precio y disfrutar de una agradable tarde en compañía de la lectura, además este lugar cuenta con una pequeña biblioteca a la que pueden acceder aquéllos que se acercan.
Librerías para todos los gustos
La librería Luces es una de las más conocidas de toda la ciudad, a decir verdad arquitectónicamente no es nada del otro mundo, pero es un mundo en sí misma. Es entrar y que se paralice el tiempo, recorriendo las estanterías, hojeando libros, libritos, revistas, cómics… En la parte superior hay sillas donde los lectores pueden sentarse a saborear mágicas lecturas y dejarse llevar por las páginas de un libro, mientras el reloj permanece en suspenso.
Otro lugar fantástico e inolvidable es el café-librería Erwaya donde cualquier buena conversación siempre va acompañada de un humeante café. Se encuentra a pocos metros de la catedral, enclavado en medio de la urbanización pero es de un aspecto tan discreto que posiblemente pases por la puerta un millón de veces sin prestarle la suficiente atención.
La idea de este bonito encuentro para apasionados de los libros surgió de este modo, según lo cuentan sus propietarios, Carlos y Elena Sánchez. Deseaban fundar un espacio cultural donde la literatura y la música fueran protagonistas, así que no tuvieron mejor idea que poner una librería donde además de comprar un buen libro y conversar con otras personas, los clientes pudieran tomarse una taza de café o una copa de vino.
Un espacio cultural que además ofrece todos los meses un ciclo de cine temático, teniendo en cuenta el origen. Por ejemplo, durante el mes de noviembre pasado fue el mes dedicado a la cultura japonesa y pudieron verse películas provenientes de esta región; además se realizan presentaciones de libros y actuaciones culturales.
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