Hay escritores que se las dan de cultos y te dicen que no ven el show de Tinelli, sino el noticiero del mediodía, o algún programa especial, con tendencia hacia la cultura vista a través de la historia, u otros, simplemente educativos, de los muchos que suelen pasar por la televisión.
No sé qué puede tener de malo que los escritores, los intelectuales, los artistas, reconozcan que son seres humanos, y que tanta lectura y tanta escritura los tienen hartos, a veces, por lo cual, para sacudir el pesado diccionario que sostienen con la cabeza, buscan en la pantalla televisiva el lado delirante de la existencia.
Yo suelo ver, de cuando en cuando, La Pantera Rosa. Me encanta su perfil rosado.
Y también suelo ver «Bailando por un sueño», un programa de Marcelo Tinelli, el hombre más exitoso de la televisión argentina, como bien se sabe.
No sé qué está pasando en los últimos tiempos.
El jurado del programa va a los gritos; hay demandas y contrademandas entre los integrantes del mismo, pero el baile sigue igual, y yo hallo muy natural aquellas riñas que se desprenden del programa, y pienso que no debería ser así, pero encuentro -también- que las peleas, las blasfemias y los insultos que se dicen participantes y jurado, tienen su lado jugoso, vicioso y atrapante.
De hecho, el show de Tinelli, el de antes, el de las cámaras ocultas, y chistes, y disparates, me gustaba más, porque la diversión es la diversión, señor lector. Sin embargo, lo que tenemos en su espacio en los últimos tiempos no son más que personas salidas de su juicio, gente que se altera y va a un programa de chimentos a llorar o a contar el porqué de su alteración, y etc., y etc.
Y esto me gusta. Y veo claramente que el ser humano es un individuo que goza de algunas situaciones que salen del papel construido, armado, para entrar en ese mundo donde el enojo y las palabrotas hacen un perfecto maridaje.
Entonces, por esa extraña perversidad que se nos mete en los ojos, muchos somos los que no podemos bajarnos de «Bailando por un sueño». No importa que se peleen y que salga sangre de las riñas. Y no importa que no sepamos a qué diablos juega Tinelli cuando le susurra cosas en el oído a la cantante Coky, la cordobesa querendona. O cuando le pasa las manos, atrevidamente, por las posaderas.
Hay que reconocer que Tinelli sabe muy bien que el ser humano se contenta, se complace y se regodea con las humillaciones a que son sometidos los bailarines, y que este descarriado estilo televisivo no hace más que delatarnos en nuestra necesidad de querer saber chismes: quién se desmayó, quién quiso irse a los puños, quién o quiénes desean ganar el corazón del conductor a fuerza de pestañeos u ofrecimientos explícitos.
Decía yo que el conductor de «Show Match» tiene la capacidad de convocarnos a todos.
A los tontos, a los inteligentes, a los amargados, y a quienes buscan comer, masticar y escupir la naturaleza del género humano en sus más inexplicables como delirantes situaciones.
Que se queden allá, afuera, con sus gustos sensibles, los que se mandan de elegantes, y dicen que no lo ven.
Yo, después de tanta lectura y escritura, de tanta dictadura de la mediocridad y de la estupidez que se balancea en el ambiente, me quiero dar un baño de irrealidad y de lujuria y de locura de cuando en cuando.
Porque eso es lo que ofrece, mágicamente, Marcelo Tinelli: el mundo boca para abajo, pero mundo al fin.
Comentarios7
Yo veo Marcelo Tinelli una vez por año, esa es más o menos la frecuencia. Se me da por hacerlo cuando mi lado más delirante necesita de algo bien pero bien mentirosamente armado y ridículo...!
Lamento mucho a aquellos que creen que las peleas, enojos, etc. etc. son parte de algo real....
No lamentes. Todos sabemos que es un circo. Y el circo divierte.
Un abrazo.
Delfina
Todo ok. Divierte, pero quede claro: es UN CIRCO....! Cariños Silvia
Amiga Delfina:Nunca he visto el programa del Sr. Tinelli, ni se quien es, pero eso no importa, lo que si tienes mucha razon, es que cuando los escritores tienen tantas cosas en sus cabezas si hay necesidad de despejarlas con otras cosas o boberias caricaturas lo que sea. No puedes llamarte escritor si te encierras en un circulo de conocimiento, todo absolutamente todo lo que nos rodea es parte de la historia que se escribe en verso en historia en cuento en leyenda en todo, como puedes hablar o criticar o alabar si desconoces el mundo en el que vives. Para distinguir el blanco del negro debes conocer los dos colores no solo uno. Gracias por tu reportaje.
Sí que eres inteligente.
Vaya un abrazo para ti.
Delfina
No concuerdo con la nota, no tendría porqué, pero si acepto que es una opinión más, y sobre gustos hay mucho escrito.
Aunque es un poco triste la conclusión "Que se queden allá, afuera, con sus gustos sensibles, los que se mandan de elegantes, y dicen que no lo ven."
No me considero elegante por no verlo, simplemente he probado y me irrita por todos los costados que trate, no solamente este ciclo, sino los de años anteriores.
Cada cual con su tiempo hace lo que le place, y coincido que la naturaleza es el mejor espejo, frente a tanta sobrevaluación de lo superfluo, pero es solo mi opinión y a mi me sirve, como las otras sirven a los otros.
Mientras tanto, la televisión sigue educando gente mejor.
"Pero es solo mi opinión y a mí me sirve, como las otras sirven a los otros". Excelente frase.
Un abrazo
Delfina Acosta
No quiero opinar de Tinelli,porqué él esta haciendo su negosio,a él lo felicito,pero no felicito a los tontos que lo ven,estoy en este caso totalmente de acuerdo con la señora Favre.
Repito pobres tonto y retontos los que lo ven,así están, tontos y retontos.
Yo no tengo problema en decir que he visto muchas veces el programa de Marcelo Tinelli. Últimamente no lo veo porque todo gira en torno al conflicto y me gustaba más cuando había algo de humor de por medio. Estoy de acuerdo en la idea de que no hay que cerrarse a algo por ser popular o creerse por encima de ello. Ahora bien, si lo hemos visto y no nos gusta, está claro que no se volverá a ver. El problema es el prejuicio.
El principal problema del programa de Tinelli para la cultura no es ese programa sino los programas satélites que terminan llenando toda la grilla hablando de lo mismo. Una cosa es 2hs por día de banalización y otra distinta desde entrada la mañana hasta el final de programación.
También pienso que Tinelli podría aprovechar mejor lo que genera para ir metiendo, un poco al menos, algo de mayor calidad intelectual, pero como han dicho, es su negocio.
No pude percatarme del Tema, y aunque no conozco al señor Tinelli, ni he visto su programa, quizás la escritora tenga razón cuando dice que "hay que darse un baño de locura de cuando en cuando."....a lo mejor la trae a la realidad...que en definitiva con su tarea de escritora y poetisa, la inspiración se deja descansar dando entrada al buen humor y quién sabe,a lo mejor es capaz de atraer la inspiración misma...
Gracias Delfina por el Tema y tenga por seguro que no he visto a Tinelli, ...y es porque estoy muy lejos de donde se produce, no sé si lo viera al estar cerca, pero si sé que si no me gusta, mi crítica sería no volver a verlo.
Cariños
Lena
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