La escogí por azar. Es difícil decidirse cuando se trata de un catálogo como el de Páginas de Espuma. Leí su libro, El matrimonio de los peces rojos. Me gustó pero no me dejó del todo satisfecha. Al mes, Guadalupe Nettel recibió el Premio Herralde. Y, entonces me di cuenta de que algo me estaba perdiendo. Volví al libro. Había tanto más para descubrir que en la primera lectura se me había escapado.
El matrimonio de los peces rojos se encuentra compuesto casi como una ópera: con un comienzo suavísimo que a medida que avanza va adquiriendo más y más tensión. Y termina con brutalidad. Un comienzo con infancia y un final con golpes de gong. Eso es algo que noté en la primera lectura y que en la segunda se intensificó. Por otro lado, es un libro que habla sobre las segundas oportunidades. Muchos de los personajes son seres marchitos que de pronto encuentran nuevas razones para sus vidas y se aferran a ellas con uñas y dientes. Pienso que en las segundas oportunidades reside el espíritu de supervivencia de los seres vivos y, me atrevería a decir, la esencia de este libro.
A lo largo de las narraciones van desfilando una serie de protagonistas, seres humanos que conviven con animales de otras especies, animales que comparten hábitat con seres humanos: las caras de una misma moneda en muchos casos. Peces Betta Splendens, cucarachas, gatos, un hongo y una serpiente sirven a Nettel como un espejo en el que se reflejan las emociones y la realidad de los seres humanos. A través de la vida de estos individuos ella da rienda suelta a su imaginación y consigue establecer lazos directos de interpretación entre las actitudes humanas y las que toman los animales. En ese antagonismo de reacción se detiene este libro, planteando preguntas en torno a la dificultad que los humanos manifestamos para vivir relajados o sentirnos a gusto con quienes nos ha tocado ser.
¿Entender la vida o vivirla?
La insistencia por entender la vida nos impide descubrir las necesidades ajenas. Bajo esa sentencia se construye el cuento homónimo de este libro. Una pareja de humanos que está pasando por una situación crítica y que refleja sus contradicciones en la vida de una pareja de peces Betta que nada y nada en una pecera; los humanos intentan entender por qué los peces se rechazan, por qué no se quieren sencillamente, y en esa búsqueda por entender el comportamiento de los peces se van alejando el uno del otro.
Me ha producido cierta congoja este cuento. Porque pese a que la protagonista convive con la certeza de que esos bichejos no son felices, no hace nada por terminar con ese sufrimiento. Quizás porque para ella la vida es ya demasiado difícil como para pensar en ellos.
Debido a mi postura animalista, es evidente que habría deseado más denuncia, más enojo en torno a la relación del humano con el resto de las especies; de todas formas, creo que Guadalupe enciende un poco la llama, abre una hendija por la que se pueden colar cientos de reflexiones en torno al especismo, que, como es es de esperarse también puede servir como analogía de otros ismos que afectan la armónica convivencia entre todos los animales del planeta.
Los animales, incapaces de dañar y siempre dispuestos a dar compañía, a ayudarnos a comprender que la vida es mucho más que esos momentos de tristeza y que queda mucho por vivir, representan la otra cara de la moneda: el contrarreflejo de esas desconcertantes historias humanas. En «Guerra en los basureros» nos encontramos con un niño cuyos padres están en las últimas (económica, social y matrimonialmente hablando) y que lo llevan a vivir con una tía, en un enorme caserón de familia de clase alta. Todo va relativamente bien, salvando la soledad y el abandono que siente el pequeño. Un buen día aparece una inmensa colonia de cucarachas que comienza a hacerse con cada rincón de la casa. Se da entonces una lucha entre especies, que se vuelve más y más sangrienta cada día. Y no cuento más, ¡léanlo! Es un relato precioso que habla sobre la orfandad y que permite reflexionar en torno a las luchas de clase y a la discriminación en cada uno de sus aspectos.
Vínculos más allá de las diferencias
El epígrafe del libro es una frase de Plinio el Viejo que dice que todos los animales saben lo que necesitan menos el hombre. Y a lo largo de las historias vamos encontrando a humanos desesperados incapaces de hacerse cargo de sus propias vidas y a animales hábiles y seguros que toman decisiones cruciales y asumen sus consecuencias. Los peces saben qué necesitan (estar solos o nadar libres en el mar), los gatos también lo saben (cuidar de sus hijos y decidir en qué lugar pasarán sus días), también las cucarachas (sobrevivirnos), la serpiente (estar nuevamente con su pareja). Todos los animales en las historias toman decisiones claras; excepto los humanos que van y vienen, que sufren, que se golpean la cabeza, que sufren accidentes, que son incapaces de sincerarse con ellos mismos. En definitiva, que ven pasar la vida ante sus ojos y no son capaces de hacer nada por vivirla, por sentirla, cosa que sí hacen los animales.
Es importante releer no solamente porque podemos acercarnos a otra visión de la misma lectura sino también porque nuestro estado de ánimo y las experiencias que atravesamos influyen directamente en lo que leemos, y la única forma de alcanzar cierta objetividad es acercarnos a lo mismo en circunstancias diversas. Así podremos saber si lo que nos gusta nos parece realmente bueno, y si aquéllo que hemos descartado no tenía más para decirnos. Es evidente que los que leemos, buscamos en la lectura respuestas a nuestra realidad (vivimos en lo que leemos) y a veces lo que encontramos no nos es suficiente o nos incomoda. Por suerte, existen las segundas oportunidades. Este es un libro de segundas oportunidades, y a mí me ha quedado más que claro. Los invito a leerlo y a descubrir a esta preciosa escritora.
El matrimonio de los peces rojos
Guadalupe Nettel
Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero
Editorial Páginas de Espuma, 2014
ISBN: 978-84-8393-144-8
128 páginas
14 €
FOTOGRAFÍAS: EDITORIAL PÁGINAS DE ESPUMA.
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