Los lectores que sean unos auténticos apasionados de las novelas de género bélico, es imprescindible que conozcan la figura del escritor Theodor Plievier. Y es que este autor, nacido en Berlín en 1892 y que trabajó como periodista, tiene una de las mejores bibliografías sobre el mundo de la guerra.
Sus propias experiencias en la Primera Guerra Mundial, sus convicciones anarquistas o su lucha contra el nazismo son algunos de los pilares que utilizó para crear novelas de gran calado, de muchísima calidad y que vienen a reflejar algunas de las contiendas más cruentas que han asolado al planeta en los últimos siglos.
Quienes tengan curiosidad por descubrir su legado, le recomendamos que presten especial atención a estos libros:
Los esclavos del emperador. En el año 1929 fue cuando vio la luz esta narración que viene a contarnos la realidad de los marinos alemanes que estaban a las órdenes del Káiser durante el desarrollo de la citada primera gran guerra mundial.
En concreto, a través de sus páginas lo que vamos es descubriendo cómo esos soldados se encontraban ante situaciones realmente inhumanas, pues el sistema reinante los consideraba casi como esclavos, dispuestos a hacer todo lo que se les ordenase sin poner ningún tipo de objeción.
Realmente cruel es la vida de aquellos alemanes, a los que el propio Theodor Plievier conoció muy bien durante el tiempo que él también estuvo combatiendo en esa guerra.
Stalingrado. Dentro de la bibliografía de este autor que ahora nos ocupa hay que hacer especial hincapié en esta obra, publicada en el año 1945 y que se convirtió en la primera parte de una trilogía que se continuó con Moscú y Berlín.
Una de las mejores obras de todos los tiempos en materia bélica es aquella que, a pesar de abordar un conflicto armado, se convierte en un canto a la paz.
La toma del poder de Adolf Hitler en el año 1933 podemos decir que es el punto de partida de este relato, conformado por todo tipo de cartas y documentos de gran valor (entrevistas, boletines de guerra, diarios…) que giran en torno a la Segunda Guerra Mundial.
Los avances del ejército ruso, las miserias que los soldados alemanes tuvieron que sufrir en el frente o finalmente la rendición son algunos de los pilares fundamentales de esta narración que a nadie deja indiferente. Y es que está considerada una auténtica joya, una obra maestra, como así lo demuestra el hecho de que se tradujese a más de veinticinco lenguas diferentes.
Un auténtico retrato, fidedigno y milimétrico, de la contienda y del horror que ella ocasionó a soldados y sociedad en general es este libro.
No obstante, también dentro de la bibliografía de Plievier existen otros que, quizás no con esa misma calidad, resultan igualmente interesantes para conocer el mundo en los siglos XIX y XX. Este sería el caso, por ejemplo, de La gran aventura (1936), El último rincón del mundo (1953) o El emperador se ha ido, los generales se han quedado (1932). Cualquiera de ellos conseguirá llegarnos al corazón y descubrir el lado más humano y al mismo tiempo más salvaje del hombre.
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