Una de las autoras mexicanas referente en su país y fuera de él de las últimas décadas es, sin lugar a dudas, Cristina Rivera Garza (1964). Buena muestra de ello no sólo son sus ventas sino también el elevado número de distinciones que tiene en su poder, tales como el Premio Roger Caillois, el Sor Juana Inés de la Cruz o el Anna Seghers, entre otras.
Cuentos, ensayos y poesía han salido de su pluma, pero también espectaculares novelas. Y es precisamente en ellas en las que ahora queremos centrarnos. En concreto, queremos destacar las que, por unos u otros motivos, se han convertido en un referente de la bibliografía de aquella escritora y también de la Literatura mexicana:
Nadie me verá llorar. En el año 1999 se llevó a cabo la publicación de este libro, ganador del Premio Sor Juana Inés de la Cruz y del Premio Nacional de Novela José Rubén Romero, que gira en torno a la figura de Joaquín Buitrago.
Aquel es un hombre que, en el año 1920, trabaja fotografiando a los internos del manicomio La Castañeda. Entre ellos hay una mujer que un día le llama la atención, Matilda Burgos, y es que cree que la conoció tiempo atrás en un burdel.
Tal es la curiosidad que aquella le despierta que decide comenzar a investigar acerca de la misma. Así será cómo irá descubriendo la cruel y trágica vida de Matilda, lo que, al mismo tiempo, le llevará a reflexionar sobre sí mismo y la existencia que ha tenido hasta ese momento.
La cresta de Ilión. 2002 fue, por otra parte, el año en el que la autora mexicana Cristina Rivera Garza decidió presentar esta otra novela que ha sido traducida a varios idiomas.
Misterio, intriga, emociones y suspense son los ingredientes de la historia, que nos acerca a la figura de un médico que vive en una casa apartada y que trabaja intentando paliar el dolor de los enfermos terminales.
Su existencia dará un giro radical cuando, una noche de tormenta, alguien llame a la puerta de su hogar. Se trata de Amparo Dávila, una joven que, por distintas circunstancias, acabará instalándose en la vivienda.
Pero además pronto regresará a la vida del doctor una mujer que en el pasado fue su amante y que él abandonó.
Dos mujeres, por tanto, que despertarán los recelos del protagonista que sospechará que quizás tengan que ver entre sí y que tienen algún tipo de plan respecto a él.
La muerte me da. La tercera novela que queremos resaltar de la bibliografía de la escritora es esta, publicada en 2008 y ganadora de otro Premio Sor Juana Inés de la Cruz.
El punto de inicio de la historia es el descubrimiento por parte de una mujer del cadáver de un hombre castrado. Ella dará rápidamente cuenta a la policía, que encontrará como única pista la aparición junto al fallecido de unos versos de la poeta argentina Pizarnik.
La investigación se complicará cuando vayan produciéndose nuevos crímenes de señores en las mismas condiciones. Eso viene a dejar patente que hay un asesino en serie, y en encontrarlo se empeñarán fundamentalmente dos mujeres: una detective de policía y una periodista especializada en sucesos.
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