Si te gusta el género de terror, debes conocer, si no lo has hecho ya, al escritor francés Maurice Renard (1875 – 1939). Y es que este tiene el orgullo de ser uno de los “padres” del llamado terror contemporáneo en su país.
Es más, si esta pluma es un referente para muchos autores de ese mismo tipo de novelas es porque él le dio un matiz distinto apostando por incluir, por ejemplo, matices de ciencia ficción en algunos de sus trabajos.
En el caso de que aún no hayas tenido la oportunidad de leer nada de él, te recomendamos que empieces por las siguientes. Toma nota:
El doctor Lerne. Imitador de Dios
En el año 1908 fue cuando se publicó este libro que se convirtió en su primer gran éxito, sí, en el que le hizo comenzar a darse a conocer como un escritor de referencia.
La historia da comienzo cuando Nicolás Vermont se dirige al Castillo de Fonval para hacerle una visita a su tío, el doctor Frederic Lerne. Una visita que estaba prevista que fuera de lo más tranquila, pero nada más lejos de la realidad.
Lo que sucederá es que el joven se topará con el hecho de que su tío no se encuentra solo sino que tiene la compañía de varios científicos y todos juntos lo que están haciendo es “jugar a ser Dios”. Sí, porque están procediendo a realizar experimentos de lo más secretos, empleando injertos e implantes de todo tipo, que dan forma a criaturas realmente monstruosas. Son criaturas que parece que vienen a mezclar todos y cada uno de los reinos que existen en la Naturaleza.
No obstante, no es el único objetivo que Lerne tiene entre manos. En concreto, tiene encerrada en el castillo a una joven, Emma, con la que pretende conseguir dar con la fórmula de la inmortalidad. Una muchacha de la que Nicolás se enamorará, lo que le llevará a intentar conseguir liberarla sea como sea.
El señor de la luz
Otra de las mejores novelas de terror de Maurice Renard es esta que tienes ahora delante, que vio la luz en el año 1933.
El protagonista no es otro que Charles Christiani, un joven historiador, que realiza una excursión en la que conocerá a una joven de la que se enamora desde el primer momento, Rita Ortofieri. No obstante, pronto descubrirá que lo suyo es casi un amor imposible y es que su familia y la de ella llevan siglos enfrentadas.
Conocer esa situación le angustia, no obstante, tiene que dejar esa historia en segundo plano para viajar hasta una propiedad familiar, el castillo de Silaz. El motivo de ese repentino traslado es que los caseros de esa edificación han descubierto un fantasma. Charles no cree en seres del otro mundo por lo que no duda en acudir hasta allí para averiguar qué está sucediendo. Y lo que se encontrará es con el hallazgo de un secreto: el de los cristales del señor de la luz. Un secreto que le permitirá conocer el citado enfrentamiento entre las dos familias.
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