En estos días, el escritor y cantante canadiense Leonard Norman Cohen está de enhorabuena y es que ha recibido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Un galardón, el citado, con el que, de este modo, se reconoce la trayectoria artística de un hombre enamorado de la literatura y de la música. No obstante, en este artículo vamos a centrarnos exclusivamente en su faceta como magnífica pluma.
En Montreal en el año 1934 fue cuando nació Cohen quien con tan sólo 22 años consiguió que viera la luz su primer trabajo, el poemario Let US Compare Mythologies. Sin embargo, tuvo que esperar hasta 1961 para hacerse un hueco dentro de la literatura de Canadá.
Y lo logró gracias a la obra The Spice Box of Earth que fue muy elogiada por el sector de la crítica poética.
La primera novela
Pero no todo fueron versos y rimas en la trayectoria profesional de Leonard Cohen sino que también practicó la novela con igual exquisitez y sinceridad. La primera de ellas que publicó fue en el año 1963 y se hizo llamar The Favourite Game. Ciertos tintes autobiográficos tiene este trabajo donde el protagonista es Lawrence Breauman, un joven que intenta encontrar un hueco en el mundo de la literatura a la vez que lograr forjarse y afianzar su personalidad.
La pasión, el amor o la guerra, tan presentes en toda la bibliografía de este autor, son los encargados de guiar a la promesa de escritor por un sinfín de situaciones que le marcarán tanto personal como profesionalmente.
Un año después de esta publicación, el artista canadiense lanzó al mercado un nuevo trabajo poético: Flores para Hitler. Noventa y cinco composiciones conforman este libro en el que él mismo señala: «hace algún tiempo este se habría llamado sol para Napoleón, y antes aún hubiera sido llamado murallas para Genghiskhan. ¿hace falta acaso añadir algo más?».
Su gran éxito
Sería en el año 1966 cuando Leonard Cohen vuelve a apostar por el género narrativo y lo hace de la mano de Beautiful Losers que está considerada como una de las mejores novelas modernas del país canadiense. Ella gira alrededor de un triángulo amoroso y para muchos expertos ofrece tintes de lo que se ha dado en llamar literatura experimental.
Memorias de un mujeriego (1978) es uno de los trabajos que mejor representa la esencia del arte del citado escritor, sus temas más recurrentes y sus reflexiones más trascendentales. Así, a lo largo de estas páginas se abordan el amor, la amistad, el erotismo, la belleza o la ternura.
Temas estos que volverán a adquirir protagonismo en El Libro del Anhelo (2006) compuesto por un grupo de poemas que muestran al Cohen más nostálgico, al más honesto, al más moral. Con gran fuerza y pasión arrastra a los lectores por la política, la religión o el querer.
Estas son sólo algunas de las obras que se convierten en lecturas imprescindibles para conocer en profundidad al actual Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Un autor que ya ha dejado una huella imborrable en la historia de la literatura canadiense en particular y de la literatura universal en general.
Y si queremos seguir empapándonos del universo de Leonard Cohen nada mejor que disfrutar de su voz y de su música.
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