Muchos son los detectives, espías y policías a los que se les ha dado forma en el ámbito de la literatura para generar sagas que a todos nos han cautivado. Este sería el caso de Hércules Poirot, James Bond, Sherlock Holmes…
No obstante, en otras ocasiones los escritores optaron por hacer investigadores a personajes realmente singulares, como sería el caso de Miss Marple de Agatha Christie o el del Padre J. Brown. Este último viene a ser un párroco católico y de apariencia bonachona que destaca por su inteligencia y sagacidad, todo lo necesario para convertirse en un estupendo detective, capaz de resolver los casos más complicados.
Un personaje aquel que incluso ha sido llevado a la pequeña y a la gran pantalla en varias ocasiones y que fue creado por el autor Gilbert Keith Chesterton, que vivió su mayor éxito gracias al mismo. No obstante, puede ser que aún no hayas leído ninguna de las historias que protagoniza ese sacerdote. De ahí que, a continuación, te presentemos varias propuestas que te pueden resultar realmente atractivas:
La cruz azul
El primer relato en el que tenemos conocimiento de ese singular personaje, inspirado en un sacerdote real llamado John O´Connor (1870 – 1952), es el que ahora te presentamos. En el mismo el protagonista se verá envuelto en un caso en el que hay que encontrar y proteger a toda costa una joya de gran valor, no sólo económico sino también significativamente hablando. Se trata de una cruz de zafiros azules.
Y no lo tendrá fácil porque en escena aparecerá un ladrón dispuesto a apropiarse del preciado objeto. Nos estamos refiriendo a Flambeau, un reconocido estafador que se hará pasar también por cura pero que será descubierto por el Padre Brown, con quien acabará haciendo un “pacto” para colaborar en esas lides.
La ausencia del señor Glass
Otra de las historias más importantes y significativas protagonizadas por el mencionado sacerdote es esta, en la que él tiene que enfrentarse a un complicado caso por resolver. Una situación en la que hay muchas incógnitas, incertidumbres y responsables por descubrir pero, como suele ser habitual en estos casos, complicados de encontrar.
En concreto, el Padre Brown se verá en la necesidad de averiguar qué ha sucedido en una habitación a la que llega y se topa con señales de que dos o más personas se han enfrascado en una pelea realmente peligrosa. Pero no sólo eso, sino que también deberá descubrir quién o quiénes han sido responsables de los daños causados al señor James Todhunter, que aparece maniatado, con la boca tapada y con una expresión en el rostro que indica que está en peligro.
Estas son dos de las propuestas más interesantes creadas por Gilbert Keith Chesterton alrededor de su singular detective. No obstante, si tienes curiosidad por leer alguna más te proponemos que tengas en cuenta que se han recopilado en obras tales como El candor del Padre Brown (1911), La sagacidad del Padre Brown (1913) o La incredulidad del Padre Brown (1927).
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