El hombre de la máscara de hierro (1867), El tulipán negro (1850), Los Tres Mosqueteros (1844) o El conde de Montecristo (1845) son las novelas por las que identificamos al gran escritor francés Alejandro Dumas.
Todas esas, y otras muchas más, son las que le catapultaron a la fama y las que le han convertido en una de las figuras más importantes de la Literatura Universal.
No obstante, no podemos pasar por alto tampoco que esta pluma llevó a cabo la escritura de interesantes obras teatrales. ¿No conoces ninguna? Sigue leyendo y descubrirás alguna de las más significativas:
Enrique III y su corte
1829 fue el año elegido por el autor para llevar a cabo la publicación de este trabajo, con el que consiguió su primer gran éxito en Francia como dramaturgo.
Se trata de un drama en cinco actos que, como su propio nombre indica, gira en torno a la figura del rey Enrique III y más exactamente del periodo que estuvo sentado en el trono galo. Un tiempo este en el que muchos fueron los rumores y comentarios que existieron sobre el monarca, porque se consideraba que era bastante afeminado y porque llenó la Corte de jóvenes atractivos.
Pero no sólo eso. A través de esta obra también puede conocerse que, tras esa apariencia débil, se encontraba un hombre que no dudó en urdir todo tipo de tramas políticas y que se identificó por hacer de la corrupción “el pan nuestro de cada día”.
Antony
Otra de las obras teatrales más importantes de cuantas nacieron en la mente de Alejandro Dumas se encuentra esta, datada en 1831. Año en el que también se estrenó en el Teatro Puerta de San Martín de París.
Muchos matices autobiográficos parece ser que tiene el trabajo, que toma como protagonista a Adela de Hervey. Esta es una mujer que recibe la carta de un antiguo amante, Antony, lo que supone que experimente todo un cúmulo de sensaciones y de recuerdos.
Y es que le vendrán a la mente que vivieron una relación apasionada pero imposible, ya que él, a pesar de ser rico, inteligente y muy guapo, estaba apartado de la alta sociedad. ¿El motivo? Que es hijo ilegítimo.
Precisamente esa circunstancia, fue la que provocó que rompieran y que Adela decidiera garantizarse un buen futuro contrayendo un matrimonio de conveniencia con un hombre adinerado, con el que ahora tiene una hija.
Esa misiva le hará recordar a Adela que, a pesar de su nueva vida, no puede dejar de amar a Antony y eso supondrá que entre en una complicada situación en la que se enfrentarán su corazón y su razón. Y así será como se produzca una serie de problemas que harán que la tragedia se convierta en protagonista.
Don Juan de Maraña
En 1836 fue, por su parte, cuando se llevó a cabo la publicación y estreno de esta obra, que también es conocida como La caída de un ángel.
Viene a ser una revisión del tradicional personaje de Don Juan. En este caso, la esencia de esta figura es la que da vida a un caballero que, movido por las fuerzas del Bien y del Mal, se dedica a enamorar a las mujeres.
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