Numerosas son las obras que han llegado hasta nuestros días del gran escritor inglés William Shakespeare. No obstante, sin lugar a dudas, las más importantes, las que se han convertido en auténticos clásicos de la literatura mundial, son sus tragedias. Se trata de trabajos que actualmente siguen estando entre los libros más vendidos y que periódicamente vuelven a representarse en los escenarios de todo el planeta.
Un elevado número de obras trágicas fue las que salió de su pluma. No obstante, indudablemente las más importantes y las mejores son las que exponemos a continuación:
Romeo y Julieta. En el año 1595 fue cuando se escribió esta, una bella historia de amor entre el chico y la chica que le dan nombre al trabajo. Se trata de dos jóvenes que rápidamente quedan prendados uno y del otro, pero que tienen una fuerte oposición: el ser miembros de dos familias enfrentadas, los Montesco y los Capuleto.
Esa animadversión entre sendos clanes será la que hará que los protagonistas se vean en la necesidad no sólo de esconderse para disfrutar de su amor sino también de urdir una trama para poder estar juntos. Esta no saldrá como esperaban, pero lo que está claro es que sí consigue unirles para siempre.
Hamlet. William Shakespeare publicó esta tragedia en 1601, la cual toma como personaje central al Príncipe de Dinamarca, quien llega al trono después de que su padre (rey Hamlet), haya sido asesinado.
Una complicada situación si se tiene en cuenta que además de la muerte de aquel, a manos de su propio hermano, el protagonista recibe la visita del fantasma de su progenitor en la que le pide que se vengue por lo sucedido.
Ese será el marco en el que se desarrolle toda una trama llena de locura, horror, traición, corrupción e incluso matices de incesto.
Otelo. Al igual que las otras dos obras expuestas, esta tragedia es una de las más importantes de cuantas realizó el autor que nos ocupa. Ella fue publicada en 1603 y gira en torno a la figura del hombre que le da título.
Aquel es un moro veneciano que se casa con Desdémona y esa podemos decir que será su perdición. Y es que no sólo tendrá que hacer frente al rechazo absoluto de su suegro sino también a la traición de una de las personas que se hallan cerca de él y a las tramas que se urdirán con el claro propósito de que su esposa caiga en los brazos de otro hombre.
Macbeth. La traición y la ambición son también las notas predominantes en esta obra de dramaturgia de Shakespeare, que vio la luz en el año 1623 y que toma como protagonista al rey de Escocia. Su posición, sus enemigos por culpa del trono o sus relaciones personales son los tres ejes alrededor de los cuales podemos conocer a fondo la silueta de aquel hombre.
Tanto en él como en la mayoría de los personajes que van apareciendo, el autor quiso dejar patente los aspectos más oscuros de la faceta de cualquier ser humano.
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