«Middlemarch» de George Eliot

Hoy les traigo una nueva entrega para nuestro Desván de los libros perdidos. En esta oportunidad la obra escogida es «Middlemarch» de George Eliot que para muchos es una de las grandes novelas del siglo XIX, que cambió las bases de la novela contemporánea y mostró una nueva forma de entender la narrativa.

«Middlemarch» se publicó a lo largo de 1871 en fascículos. Cuatro años más tarde salió la edición formal y fue un éxito en ventas. Este libro marcó un antes y un después en la novela del siglo XIX. No sólo por su forma (se construye con tres historias que no comparten línea temporal) sino porque avanza sobre temas sociales y políticos candentes, con el feminismo como bandera.

Una ciudad de verdad en un país de mentiras

Nos encontramos aquí con la vida de tres personajes que residen en Middlemarch, una ciudad ficticia que le sirve a Eliot de escenario para plasmar la forma en la que se dan las relaciones humanas y las construcciones sociales. Middlemarch se ubica en Midlans y debemos situarnos en la década del 30. Representa los aspectos más característicos de la vida de las provincias en aquella época victoriana y le permitió a la autora realizar un símil entre los aspectos característicos de la naturaleza y la vida de la sociedad.

Una de las cosas interesantes de este libro es que transcurre en varias líneas de tiempo; así, Eliot se apoya en una trama argumental amorfa que se nutre de las historias de sus tres personajes principales. Sorprende la forma en la que la autora consigue hilvanar y relacionar los diversos relatos sin dejarse fuera aspectos de índole política, que van desde la situación de la mujer en la vida estructura rural hasta la hipocresía reinante en los círculos religiosos y otros temas que seguimos cuestionando y que continúan siendo relevantes y estando vigentes.

Aunque se lee como una novela, pienso que sería más apropiado etiquetar este libro dentro del relato. Las ocho historias que lo componen (publicada cada una en un fascículo en los comienzos) se relacionan pero pueden leerse perfectamente de forma independiente.

La ironía y el encanto de Eliot

La ironía y la capacidad para enfrentarse a los conflictos con altura y claridad convierten a Eliot en una autora fascinante. En el caso de «Middlemarch» encontramos varios personajes cómicos y situaciones descabelladas que dan fluidez y revitalizan la experiencia lectora. Además, encontramos personajes muy diversos y a través de sus opiniones contradictorias y diferentes, Eliot construye un diálogo, una discusión sobre la realidad, que resulta sumamente interesante.

Ciertamente se pueden señalar algunos aspectos molestos, como la forma en la que el personaje principal, la asombrosa Dorothea, termina sumiéndose a los deseos de Ladislaw. Pese a ello, la mismísima Virginia Woolf dijo que era esta una de las pocas novelas escritas para adultos, incluso con todas sus imperfecciones. Por su parte, Julian Barnes asegura que es la mejor novela anglosajona de la historia.

Pero ahora vamos a lo importante: los temas que aborda Eliot con este libro. Su principal interés está puesto en la educación y reflexiona en torno a la desigualdad entre hombres y mujeres y a las dificultades que sus personajes femeninos encuentran en encontrarse y vivir libremente a causa de no haber accedido a una base educativa que les sirviera para pensarse y elegir su papel en el mundo.

Por otro lado hay un exhaustivo análisis acerca de cómo a lo largo de la vida pasamos de la ilusión a la decepción y cuando esta última clava sus uñas en nosotros es como si ya no pudiéramos recuperarnos jamás. Pese a que en gran parte Dorothea, el personaje principal de la novela, es idealista, a lo largo de la historia va perdiendo fuerzas por ver más mundo. Esto que a simple vista puede resultar pesimista es quizás una visión madura de la lucha que nos aguarda y que debemos afrontar con seriedad y honestidad. Eso viene a decirnos Eliot, eso es lo más interesante para llevarse de esta lectura.

Indudablemente «Middlemarch» de George Eliot es una obra peculiar y por tanto nadie debería dejar de leerla. Si te interesan este tipo de lecturas, te invito a conocer otras recomendaciones del Desván de los libros perdidos, tales como «Lo que dijo Harriet», de Beryl Bainbridge, «Los excluidos» de Elfriede Jelinek o «El mundo perdido» de Michael Crichton.



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