En su libro «Roba este libro» Miguel Albero nos presenta los muchos tipos de ladrones libros, un tema que le obsesiona, como nos cuenta en esta segunda parte de la entrevista. Su novela «Mal» y su otro ensayo «Godot sigue sin venir» también se aparecen sutilmente en nuestra charla, como lo hace una mirada sobre la literatura actual, donde la autoficción parece haber impuesto la obligación de construir novelas que sean verdaderas, en el sentido estricto de la palabra. Hay que leer a Albero para reírse y también para profundizar nuestra mirada sobre el mundo.
(Aquí puedes leer la primera parte de la entrevista).
P—Decías al principio que este libro es una mezcla de ensayo y novela, un rasgo muy frecuente en casi todos tus libros. ¿Te interesa especialmente el mestizaje en la escritura?
R—Sí, sin duda. Ya el último. De hecho, como últimamente pienso más en términos de ensayo que de novela o de ficción, digamos, sí que se ha producido una cosa que es que en los dos últimos, que son, el anterior de ensayo que fue el de la espera; perpetré primero un libro de poesía sobre la espera y luego un ensayo. Casi como que la poesía me servía para hacer un destilado de lo que quería contar y luego, a partir de ahí lo desarrollé en un ensayo. Y el siguiente que va a ser sobre el concepto de efímero me ha pasado lo mismo. Pero esta vez ya incluyo los poemas en el propio ensayo, como si fueran poemas de otro; de manera que están los dos géneros mezclados sin duda. Yo creo que ahora los géneros tienen unas lindes muy difusas. Estamos por ejemplo asistiendo a un fenómeno muy interesante que es que el mundo de la ficción se está convirtiendo en el mundo de la verdad y me explico, parece como que ahora mismo si no contaras algo desde el yo parece que ya no interesara, ¿no? Hace poco hice en la Biblioteca un encuentro con Manuel Vilas por su libro «Ordesa», con Sergio del Molino y con Marcos Giralt, que han practicado los dos ese género que yo digo es más de literatura testimonial que de ficción, de no ficción, ¿no? Yo digo que la ficción ha invadido el mundo de las noticias, que es el mundo de la verdad, entonces la verdad se refugia en lo que antes era el terreno de la ficción.
P—Tenía otra pregunta pero creo que ya me la has respondido… oorque era ¿qué es lo próximo que vas a publicar?
R—Ah, bueno, lo siguiente… Éste que te digo de lo efímero ya está terminada… Pero ahora estoy investigando sobre otro tema. Siempre soy muy obsesivo; agarro un tema y leo no lo dejo hasta que no lo exprimo. Y en este caso tiene que ver con esto último que hablábamos, con la verdad y lo falso. Voy a hacer un ensayo tocando todos los palos de la idea de lo falso. Los falsificadores, los impostores, que es cuando ya no falsificas algo sino que te falsificas a ti mismo, falsificas una identidad. Lo divertido de eso es que ya tengo lectura para el próximo año por lo menos. Voy investigando, se me van abriendo campos, voy encargando libros para ir nutriendo.
P—¿Y cómo organizas la búsqueda de bibliografía?
R—Normalmente me hago como un esquema primero…
P—¿Sobre los puntos que ya sabes que quieres tratar o investigar?
R—Sí, siempre empiezo por la etimología y luego voy planteándome diversos puntos que se van abriendo. La verdad es que tengo una naturaleza muy obsesiva con los temas. Y me pasa algo curioso que es que para la gente que es muy erudita mis ensayos les parecen demasiado gamberros, por lo tanto fuera del modelo de ensayo habitual, y digamos para el lector en general le parecen demasiado eruditos. Yo creo que hemos asistido a una época en la que la gente publicaba como ensayo sus tesis doctorales, lo cual era un desastre porque una cosa es que tú hagas una investigación académica y otra que pretendas que todos la lean. Montaigne decía que el ensayo era para enseñar deleitando, entonces yo creo que esto tiene que ser el ensayo. Para mí lo divertido es que me lo paso genial en la investigación; entonces intento procurar que el lector comparta ese camino. Internet para eso es una maravilla, igual que es horrible en otras cosas, porque te permite abarcar todo. Es decir, tener la primera edición de un libro sobre el robo de libros francés de 1803 porque tienes el texto en la Universidad de Harvard y te lo mandan, hasta relacionarlo con mil cosas de todo tipo. Es una herramienta fantástica. Y lo que hago siempre es eso. Me hago un primer esquema y como no tengo mucho tiempo para escribir, pues una vez que ya tengo el esquema voy con el iPAD buscando cosas, las voy guardando en carpetitas y luego empiezo por cada uno de las esquemas del libro.
P—Entonces me estás diceindo que no sólo la lectura sino que también la escritura está estructurada antes de empezar.
R—En las novelas no, parto de una idea. Hay gente que piensa que para la ficción no necesitas mucho tiempo y para el ensayo sí, porque necesita una investigación pero a mí me ocurre que para la ficción necesito tener más tiempo o al menos más espacio de paz. Y con el ensayo voy todo el tiempo a toda máquina, lo voy haciendo, y lo que sí hago luego es corregir mucho, y dejar reposar las cosas.
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