Uno de los escritores más importantes de la literatura española de todos los tiempos es, sin lugar a dudas, el vallisoletano Miguel Delibes, ganador de prestigiosos reconocimientos como el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1982) o el Premio Miguel de Cervantes (1993).
Tanto el público como la crítica no han dudado a lo largo de los años en alabar la trayectoria de este autor, que nos ha legado obras de grandísimo valor, algunas de las cuales incluso se han convertido en magníficas películas.
Precisamente en estas últimas, en las narraciones que tuvieron su adaptación cinematográfica vamos a centrarnos. En concreto, estas son las dos que, bajo nuestro punto de vista, consiguieron encandilarnos tanto en el papel como en la gran pantalla:
Los santos inocentes. En el año 1982 fue cuando se llevó a cabo la publicación de este trabajo, que fue adaptado con maestría por el cineasta Mario Camus quien hizo de aquel uno de los mejores filmes de la historia de España gracias a la historia y al trabajo de actores tales como Paco Rabal o Alfredo Landa.
En este caso, se nos cuenta el día a día de una familia de campesinos que se encuentran trabajando para unos señoritos, despóticos y crueles en la mayoría de las ocasiones.
Todo tipo de penurias económicas y de humillaciones son las que soportan aquellos trabajadores, y especialmente los padres, que lo único que desean es que sus hijos puedan marcharse, estudiar y tener una vida mucho más próspera que la de ellos.
Pronto su día a día experimentará cierto cambio cuando llegue a vivir con el resto de la familia, Azarías, el hermano de la esposa que tiene cierta deficiencia mental y que ha sido despedido del trabajo que estaba realizando en otro cortijo cercano.
Aquel tiene como mascota a una cría de grajilla y sufrirá mucho dolor cuando el señorito mate con su escopeta al pájaro. Un hecho que hará que Azarías decida vengarse y para ello acabará con la vida de aquel ahorcándole.
El disputado voto del señor Cayo. En el año 1978 fue cuando Miguel Delibes escribió esta novela, que ocho años más tarde sería llevada a la gran pantalla de la mano del director Antonio Giménez-Rico.
Con este libro, su autor no sólo quiso adentrarse en el mundo de la política sino que apostó por destacar las diferencias que se establecen entre las distintas generaciones de españoles e incluso entre los diversos lugares de la geografía del país.
Eso lo consiguió desarrollando esta historia que toma como punto de partida el viaje que varios jóvenes militantes de un partido político deciden realizar por varios pueblos del norte de Castilla con objeto de realizar la correspondiente propaganda. En uno de esas casi pérdidas villas será donde conocerán a su alcalde, el señor Cayo, uno de los pocos habitantes que quedan.
Aquel es un hombre de una gran sabiduría, de férreas convicciones y de un talante calmado. Estas características se contrapondrán a las de los muchachos, que tienen una personalidad inconsciente e ignorante en muchos aspectos.
La sombra del ciprés es alargada (1947) o Las ratas (1962) son otras dos de las novelas de Delibes que tampoco escaparon a tener una versión cinematográfica, y además de gran calidad.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.