La misteriosa Biblioteca Dorada de los zares

¿Existe realmente la Biblioteca Dorada de los zares? Aquí te contamos su historia y su misterio.

Llevo unas semanas de lecturas atípicas. Fascinada con el universo de los libros antiguos, los raros y las bibliotecas perdidas he estado leyendo acerca de objetos curiosos de este mágico universo. He vuelto, cómo no, a la lectura de «Roba este libro» ese libro fascinante de Miguel Albero en Abada Editores, entre otras muchas lecturas peculiares. Los amantes de los libros sentimos fascinación por todo lo que rodea la vida de libros y bibliotecas.
En esta oportunidad voy a escribir sobre la biblioteca perdida de los zares, sobre la que tuve conocimiento gracias a ese fabuloso sitio que es Todo Libro Antiguo, y que aprovecho para recomendarte.
 

La Biblioteca más misteriosa de la Historia

Si existe una biblioteca perdida en torno a la cual se han creado numerosas leyendas ésa es la Biblioteca Dorada de los Zares Rusos, también conocida como Biblioteca de Iván el Terrible. ¿Existió realmente? Al día de hoy se desconoce si verdaderamente ha existido, pero lo cierto es que muchos historiadores afirman que esta biblioteca fantasma existió. Y lo cierto es que para no existir tiene un volumen amplio de artículos que refieren a ella, y para existir no se han encontrado rastros de ella. Por todo esto, no han faltado investigadores interesados y trabajando exquisitamente para dar con ella ni tampoco razones para creer que sea todo esto cierto.

Se cree que su origen data del 1472, año en que Iván III, Iván el Grande, se casó con Sofía Paleóloga. La fascinación de ambos por los libros era materia de conversación, y se cuenta que recibían a grandes estudiosos de griego y latín que conseguían para ellos inauditos manuscritos que endulzaban sus tardes invernales. Dentro del mito existe una línea que afirma que Sofía había ordenado que se construyera una biblioteca subterránea en el Kremlin. Tiene sentido pensar en este empeño de protección de Paleóloga, que era oriunda de Constantinopla, donde muchos de los manuscritos fueron quemados y desaparecieron para siempre tras la caída de la ciudad a manos de los turcos otomanos en 1453.

Sobre esta idea: biblioteca subterránea secreta se fundan la mayoría de las historias. En cuanto a los testimonios. Se tienen relatos de Andréi Kurbski, un amigo de Iván el Terrible en los que cuenta que en su visita al Kremlin encontró a varios monjes trabajando sobre grandes cantidades de manuscritos griegos. Posteriormente Franz Nyenstadt, en su obra «Crónica Livonia» habla sobre unas inmensas cámaras subterráneas bajo el Kremlin donde se guardan una gran cantidad de armas y una enorme biblioteca, ya para entonces famosa y codiciada.

Las historias se alimentan, a su vez, de la conocida obsesión de Iván III: la seguridad. Debido a ella mandó construir una gran cantidad de pasadizos y cámaras secretos en torno al Kremlin, para evitar que los enemigos pudiesen encontrarle o destruir la ciudad en caso de invadirla. Tantos pasadizos existen en el centro histórico de Moscú que incluso hasta principios de siglo, los historiadores e investigadores tuvieran trabajo y sorpresas por descubrir. Y tal fue su popularidad que algunos de los guerreros más famosos de la historia, amantes de los libros por otra parte, dedicaron muchísimo esfuerzo en encontrarla. Pedro el Grande y Napoleón Bonaparte, fueron dos de ellos.

¿Existe realmente la Biblioteca Dorada de Iván el Terrible?

En la actualidad tanto afirmar su existencia como negarla es caer en el error. Puesto que existen tantos datos que la confirman como que rechazan su existencia. Por lo pronto, no nos queda más que esperar y revisar las historias que se tienen sobre ella, que son muchísimas. Lo fascinante es pensar que La Biblioteca Dorada, si realmente existe, podría contener algunos manuscritos encomiables (e incunables) de la Biblioteca de Alejandría, libros clásicos que pertenecieron al Emperador de Bizancio, tomos traídos de China y de Europa. Interesante, ¿Verdad?

Seguramente su popularidad y lo que ha dado pie a que muchos creyeran en su existencia es la gran cantidad de textos que se han escrito sobre la esplendorosa colección de libros que tenía el Zar ruso. «Manuscritos que posee el Zar», es un texto olvidado que afirma que Iván el Terrible es poseedor de más de 800 manuscritos que pertenecieron al emperador de Bizancio. No obstante, en otros textos se dice que aparentemente, en el siglo XVII un terrible incendio arrasó la biblioteca; y así explican que no se haya sabido de ella en nuestro siglo.

La aparición de ciertos libros dio pie a que se creyera en la Biblioteca Dorada. En 1724 fue hallado un manuscrito en el que su autor, Konon Osipov, afirmaba haber visto con sus propios ojos códices y manuscritos bizantinos en los sótanos del palacio real. Asimismo, en Estraburgo se descubrió un Homero que provenía de Moscú y se reconoció como parte de la dote de Sofía Paleólo. Esto fue en 1890. Estos dos hitos reavivaron el fuego de la curiosidad, y nuevamente se pusieron en marcha expediciones para dar con la codiciada biblioteca. No se encontraron rastros de ellas; no obstante, dos años más tarde en un artículo se afirma que si bien es verdad que ha existido, fue destruida en el siglo XII. Esto pondría en duda la veracidad del manuscrito de Osipov.

En la actualidad sigue hablándose de esta prestigiosa biblioteca en toda clase de artículos, y los eruditos bibliómanos continúan ansiando que tarde o temprano sepamos más sobre ella. Continuaremos esperando, mientras se realizan estudios y excavaciones para dar con ella. Mientras tanto, un poco de ilusión y de fantasía no vienen mal. Tratándose de libros nunca sabemos con qué nos podemos encontrar.



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