Una de las dualidades más contundentes que se encuentran en el propio ser humano y que utilizan su cuerpo y su mente para luchar enfurecidamente y ocasionarle un absoluto dilema es aquella que pone frente a frente a la moral y al instinto. Dos valores estos que hacen que cualquier hombre o mujer tenga que verse sometido a la presión de decidir si dejarse llevar por lo que siente o si reprimir sus deseos en base a las convicciones morales que están latentes en la sociedad.
Precisamente esta mencionada dualidad es la que se convierte en el protagonista latente de la mayoría de las novelas de la escritora estadounidense Emma Wildes. Una autora esta que ha conseguido un gran éxito en el género romántico donde además ha contado con el respaldo absoluto de la crítica.
Una de sus obras más significativas y que muestra ese choque frontal del corazón contra la razón es aquella que se publicó en el año 2011 en España bajo el título Sin miedo al escándalo. Un relato este que se inicia en un baile de sociedad del Londres de principios del siglo XIX.
Allí, la joven Amelia Hathaway le muestra a sus amigas quien es el chico (Lord Alexander) que la noche anterior le robó un beso en su balcón para luego desaparecer.
Ese encuentro furtivo entre ambos será el punto de inflexión en sus vidas. Y es que para los dos jóvenes significará algo más que un simple beso robado, a pesar de que la sociedad no vea con buenos ojos esta relación pues él es un joven apuesto de mala reputación que se caracteriza por «ir de flor de flor» sin comprometerse mientras que ella es toda una señorita que debe buscar un marido que le otorgue un futuro estable.
Episodios inesperados
Justo en el mismo año que se desarrolla dicha novela también lo hace otro de los libros más significativos dentro de la trayectoria literaria de Wildes. Nos estamos refiriendo a Un error inconfesable, que también se tradujo al castellano en 2011.
En este caso, la figura central de la narración es Luke Daudet que regresa a Londres después de haber luchado en la Guerra de Independencia y lo hace dispuesto a olvidar todo lo que ha vivido. Y en principio parece que lo tiene todo a su favor para conseguirlo pues en esta nueva andadura vital pasará a convertirse en el Vizconde de Altea.
Un título nobiliario aquel que trae consigo una serie de responsabilidades como cabeza de familia pero que también le permite disfrutar de placeres tales como fiestas permanentes, partidas de cartas y relaciones amorosas con muchas mujeres. Sin embargo, todo ello se paralizará cuando una noche reciba la solicitud de ayuda por parte de Madeline May, una joven viuda con la que vivió una velada de pasión.
Continuando con esa dualidad moral-instinto existe otra novela de esta autora que la refleja perfectamente y que la toma como pilar de la historia que se cuenta: Pecados ocultos.
El año pasado fue también cuando vio la luz dicho libro en los mercados literarios españoles y lo hizo para conseguir que los lectores castellanos disfrutaran a través de un relato que toma como punto de partida el matrimonio de conveniencia que se establece entre Michael Hepburn y lady Julianne. Dos jóvenes que aceptarán el enlace por imposición pero sin ningún tipo de deseo y especialmente ella, a la que una mujer le contará quién es realmente el que va a ser su futuro esposo.
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