Te invitamos a leer «Moriré antes que las flores», de Eva Losada Casanova (Editorial Funambulista).
Algunas novelas tienen la fuerza del pasado. Como si hubieran sido escritas antes de que el lenguaje se estandarizara. Algunas narradoras son capaces de atraparnos desde el primer instante y llevarnos a través de caminos insospechados, haciéndonos creer que ese libro es un hueco sin fin del que nunca saldremos. Ese tipo de lecturas siempre nos enseñan algo y siempre estarán cerca para que volvamos a ellas, con la ansiedad con la que aguardamos los momentos felices. Moriré antes que las flores de Eva Losada Casanova (Funambulista) pertenece a esas raras novelas que te acompañan para siempre. Una historia escrita en dos tiempos con una sólida documentación y un sentido del arte narrativo verdaderamente asombroso. ¡Que nadie deje de leerla!
Construcción de personajes
Eva Losada Casanova lleva mucho tiempo escribiendo. También enseñando a escribir. Por su taller en La Plaza de Poe pasan cada año muchos jóvenes con ansias de escritura. Sabe de lo que habla. Las novelas de Eva Losada Casanova parecen escritas mucho tiempo antes de que el lenguaje cobre forma en la escritura. Hay un cuidado total de los detalles, que te hace pensar en un proceso de borrador muy largo, con apuntes, fechas, teorías. Al leerla tienes la sensación de que no se la escapado nada.
Moriré antes que las flores (Funambulista) cumple con esta norma. Es una novela que reconstruye dos historias aparentemente lejanas y las acerca desde la memoria. Este juego entre tiempos y lenguaje es uno de los grandes aciertos del libro. Pero hay más: para poder construir una buena línea argumentativa es fundamental construir bien los personajes. Eso también lo sabe Eva y nos ofrece aquí un grupo de personajes sólidos, con sus historias particulares y sus pulsiones vitales, que le servirán para hacer avanzar la historia de forma constante.
Es también una novela sobre la soledad. Sobre la verdadera soledad. El desamparo que nos caracteriza a todos los humanos, incluso a aquellos que unen soledad a otras criaturas. En la soledad nos hermanamos. Esto parece venir a decirnos Losada Casanova. Y nos presenta un mundo de personajes maltrechos (algunos más que otros), sacudidos por la vida y confundidos con respecto a su propia identidad.
Y aquí hay otra cosa. No hay un sólo personaje que sobre. Hay algunos que, de hecho, aparecen y se esfuman pero nos habría gustado que se quedaran más tiempo. Ahí, en ese deseo, también hay un trabajo delicado. Losada Casanova consigue que nos interesen, que intentemos descubrir por qué esas flores y esos pájaros, por qué esa música, por qué esos libros. El silencio, lo que los personajes callan, es otro de los agujeros de gusano por donde respira el libro.
El tiempo de la narración y el tiempo de la escritura
Es una novela que se presenta en capas temporales. Por un lado tenemos el presente, en el que conocemos a la protagonista principal. Livia es una joven que trabaja de escritora fantasma y llega a una casona en la Sierra de Guadarrama para realizar una labor un tanto peculiar. Por otro lado, tenemos la narración de Ada, la mujer que la recibe, que transcurre durante la guerra civil y narra hechos contundentes de aquel período.
La reticencia de Livia respecto al pasado la llevan primero a comportarse como si se tratara de una historia que no tiene nada que ver con ella. Pero, a medida que avanza, que se sumerge en la narración de Ada, el pasado se vuelve parte de ella misma. En ese sentido es una novela que aboga por la memoria histórica desde la reconstrucción. No desde la rabia que suele proponerse en estos tiempos, sino desde el conocimiento, desde la aceptación de los errores y del dolor y, sobre todo, desde el recuerdo por todas aquellas personas que se vieron severamente transformadas por un período de crueldad y violencia.
Hay una cosa que hace Eva Losada Casanova que me gusta mucho: incorpora en la experiencia de Livia una indagación en torno a su propia escritura. Acostumbrada a escribir para otras personas, Livia tiene una gran dificultad para encontrar su propia voz. El descubrimiento de una tumba sin nombre será el gran puntapié que conectará su propia ficción con la historia de Ada. Y aquí hay una interesante lectura que podríamos hacer. La realidad impulsa los elementos de la ficción y nos ofrece argumentos para encausarla. Quizá el problema de Livia es creer que una historia de ficción se encuentra desprendida de quien la escribe. Pero eso también cambiará en ella. Porque toda esta experiencia la transformará de una forma brutal.
Moriré antes que las flores es una novela maravillosa, escrita con profunda sensibilidad, que se apoya en una exhaustiva y fina documentación; sin embargo, otorga toda la fuerza y la credibilidad a los personajes y no a los hechos históricos. Es una narración que se centra en lo pequeño, en lo que una mujer vive en Madrid cuando estalla la locura, en lo que una joven solitaria experimenta cuando es consciente de su desidia respecto a la historia de su país, que es la vida de las personas, de una persona, de otra persona, y así. En definitiva, es una novela potentísima y llena de luz que nadie debería dejar de leer.
MORIRÉ ANTES QUE LAS FLORES
Eva Losada Casanova
Editorial Funambulista
978-84-122371-6-0
384 páginas
19,00 €
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