Mujeres extraordinarias: Magda Donato

A lo largo de la historia de la humanidad muchas mujeres han demostrado estar hechas de una materia distinta. Tal es el caso de Magda Donato, una de las primeras periodistas españolas que se interesó por contar la realidad de personajes olvidados: las mujeres en la guerra y en las cárceles, las mujeres ingresadas en psiquiátricos, esa otra sociedad que bordea la sociedad.
 
 

Quién fue Magda Donato

Donato nació el 6 de febrero de 1898 en Madrid en el seno de una familia de clase media. Sus padres eran dos comerciantes de origen judío. Desde joven Magda sintió el llamado de la palabra. Tanto es así que con apenas 16 años ya publicaba textos en diversos medios discretos y a los 19 comenzó a escribir para El Imparcial, el periódico de la familia Gasset.

Se encargaba de la sección «Femeninas», donde aunque comenzó escribiendo sobre temas relacionados con la moda consiguió un espacio para hacer crítica social y combatir al patriarcado. Fue también articulista en España, Blanco y Negro, Estampa y La Tribuna, y ofreció un estilo propio donde el feminismo y las ideas progresistas fueron bandera.

Durante la guerra civil se vio obligada a abandonar el país al ser perseguida por sus ideas. Se refugió en Francia y más tarde en México.

Además de labrarse una larga carrera como periodista, Donato fue también actriz y escribió obras de teatro junto a su marido Salvador Bartolozzi, en muchas de las cuales actuó ella misma.

Donato falleció en Ciudad de México el 3 de noviembre de 1966. Ese mismo año se creó el Premio Magda Donato, para reconocer la mejor obra del año. Concurso administrado por la Asociación Nacional de Directores y Actores (ANDA) y que estuvo vigente hasta el año 1973.

Qué hizo Donato para la historia

A Magda Donato se la reconoce como una de las pioneras del periodismo gonzo, al haber realizado trabajos de campo sumamente peligrosos con el único objetivo de contarle al mundo cómo se vive en ciertos lugares. Su paso como espía en cárceles y psiquiátricos le permitió reconocer el dolor del otro y los métodos de control del sistema para poder contarlo.

Escribió sobre la guerra, la vida en las cárceles de mujeres y también sobre la represión en hospitales de salud mental. Para realizar sus reportajes adoptaba una nueva identidad que sostenía a lo largo del tiempo y se aventuraba en esos lugares oscuros para poder contar lo que realmente sucedía.

De esas experiencias salen artículos descarnados, en los que presenta a diversos personajes que podrían encajar perfectamente en la vida de personas reales. La luz, la violencia, el hambre, son algunos de los temas reincidentes de su pensamiento, y de su obra.

En sus artículos Magda no tuvo miedo de levantarse contra el régimen en textos impresionantes como «Historia de una guerrilla», en el que cuenta cómo un grupo de hombres, mujeres y niños huyeron de Badajoz y fueron interceptados por los dictadores. Muchos de ellos fueron fusilados, quemados y torturados de formas impensables. En dicho texto, la periodista va contando ese exilio nocturno en medio del terror y de las bombas hasta llegar a Medellín, después de recorrer 45 kilómetros a pie, en medio de la lluvia y acuciados por el hambre. Un artículo tan deslumbrante como descorazonador.

Otro buen ejemplo del trabajo de Magda Donato es «La vida en la cárcel de mujeres», realizado en la Prisión de la Calle Quiñones. Una crónica en forma de relato que va abriendo nuestra mente y nos invita a internarnos en una realidad terrible. Sin reparos, Donato escribe sobre el hambre, la soledad, el frío, el abandono que experimentan las mujeres en las cárceles en un testimonio imposible de obviar.

Magda Donato se adelantó a todo. Escribió con el corazón interesantes y desgarradoras crónicas, y trató de usar su talento para contar esas historias que al periodismo oficial no le interesaban. Gracias a ellos tenemos testimonios y textos de una verdad asombrosa, que nos permiten comprender mejor esos espacios de sombra de principios del siglo XX. Las mujeres olvidadas aparecen en el foco al releer la obra potentísima de Magda Donato. Una autora de la que tenemos mucho que aprender quienes deseamos hacer de las palabras un mundo para contar el mundo.