Mujeres Protagonistas. Eloísa (Siglo XV)

Hoy comenzamos con un nuevo ciclo que se titulará Mujeres Protagonistas. A lo largo del mismo iremos hablando de diferentes mujeres que se han desempeñado como autoras y que o bien han pasado desapercibidas o su huella todavía persiste.

En nuestra primera entrega la protagonista es Eloísa, una interesante mujer del siglo XV.

Eloísa y Abelardo

Eloísa fue una destacada poeta de la Edad Media a la que la historia malamente recuerda. No obstante, se conservan sus apasionadas cartas de amor a Abelardo, un joven teólogo francés que era profesor de la catedral de Notre Dame, en París.

Según se cree, Abelardo ofreció clases privadas a esta poetisa culta, y ella se enamoró rotundamente de sus conocimientos y de su hombría. Con 17 años, Eloísa ya se desenvolvía en diversas lenguas (griego, hebreo, latín y francés) y tenía bastos conocimientos de filosofía y teología.

Abelardo también se enamoró de la joven y se fugaron a Bretaña donde él era propietario de unas tierras. Allí contrajeron matrimonio y tuvieron un hijo.

Pero las cosas no serían tan sencillas para esta pareja de enamorados. El tío de la joven no perdonó a Abelardo y, como se estilaba en esa época, lo acusó de seducción. Contrató a unos matones, que cuando hallaron al prófugo, lo castraron.

Para Eloísa esta situación fue terrible y, aunque juró que le amaría toda su vida, sus escritos dan constancia del inmenso sufrimiento que la embargaba. Para salir de esta situación, Abelardo se marchó del hogar y se metió en un monasterio.

La pena de Eloísa aumentó y aunque siguió los pasos de su amado y se hizo monja, continuó enamorada hasta el final de sus días. Lo curioso es que detestaba a dios, a la iglesia y a su tío, por lo que su vida monacal no fue precisamente la que se supondría que debería haber sido.

Las cartas de Eloísa

Si bien Eloísa escribió numerosas poesías, se la recuerda sobre todo por sus cartas amorosas. En ellas volcó su frustración y su tristeza de una forma insuperable.

Es curioso pensar que uno de los mayores documentos que nos permiten conocer la vida de otras épocas son las cartas: nimios textos escritos con desenvoltura para compartir sentimientos temporales que, con el paso del tiempo, adquieren un valor atemporal para comprender la historia.

En las cartas de Eloísa se plasman cuantiosas sensaciones; entre las que se destaca un profundo dolor y una rebeldía apabullante. No obstante, su aflicción la llevó a tener una concepción errónea de sí misma y de la feminidad, considerando que las mujeres eran inferiores a los hombres. Tal es así que sorprende uno de los encabezados de sus cartas:

La mujer en la Edad Media

Vivir en el Siglo XV siendo mujer no habrá sido nada sencillo. No obstante, hubo muchas que supieron enfrentarse a su tiempo y no fueron influenciadas por el pensamiento sexista preponderante. Para Eloísa, sin embargo, la mujer ocupaba un lugar mínimo. Siguiendo a sus autores favoritos entre los que se destacaba el aclamado Aristóteles, se inclinaba por creer que el género femenino solo valía la pena en tanto supiera cuidar y contener a los hombres, encargados de llevar a cabo la toma de decisiones.

Pese a todas estas cuestiones, en el interior de Eloísa habitaba una mujer deseosa de ser querida como un ser libre de sexo, de ser amada por lo que era, indiferentemente de los prejuicios sociales.

Analizando este último punto podemos llegar a la conclusión de que ese rechazo de ella por su propia sexualidad posiblemente estuviera relacionado con la sonada culpa que se carga a todas las consciencias. Solamente a través de ella alguien podría aceptar esa visión sectaria como la única correcta. Eloísa se sintió culpable por lo que le ocurrió a su esposo y, posiblemente, esto se deba a la gran influencia que las ideas sexistas habían tenido sobre ella.

Sino fuera así, ¿por qué al leerla percibimos que lo único que la movía era el amor? ¿por qué expresaba esas ansias de tener una vida plena? Así le escribía a su amado:

Y también decía: