«Mujeres que trepan a los árboles», de Patricia de Souza —Editorial Trifaldi—

Existe una manera de sobreponerse a la violencia del mundo machista. Ésa parece la idea sobre la que crece este árbol intenso que es «Mujeres que trepan a los árboles», de Patricia de Souza (Trifaldi). Encontramos un diario donde presente y pasado establecen un diálogo estrecho para armar un imaginario político e intelectual fascinante.
 
 
 

Los árboles como puntos de referencia

En su libro «El clamor de los bosques», Richard Powers plantea un dibujo interesante entre los lazos subterfugios que existen entre los árboles y los humanos; la relevancia que estas criaturas tienen en nuestra genética y otras explicaciones semejantes. El lazo íntimo que podemos estrechar con un árbol, nos acompaña para toda la vida. Y así también parece verlo Patricia de Souza, que nos ofrece en este libro un fabuloso monólogo que se va apoyando en las voces de los árboles para desarrollar un pensamiento liberador, salvaje y lleno de significancia.

La voz narradora, es un yo que está a mitad de camino entre lo ensayístico, lo autoficcional y lo fabuloso: un mestizaje interesante que dota al libro de una verdad difícil de contradecir. El lazo entre mujer y árbol se va tejiendo de palabras, de recuerdos y de visiones. De palabras que crecen y la llevan a reflexionar sobre su pasado, sobre las diferencias de clase y sobre los mandatos que pesan sobre los hombros de las mujeres. La visión de los árboles, su grandeza y su compañía a lo largo del tiempo, la ayudan en ese camino de indagación sobre la libertad, y su relación con el movimiento y las oportunidades.

Las mujeres, como los árboles, crecen incluso cuando no tienen a su alcance el movimiento, incluso cuando el mundo las ha aplastado, han persistido, creando una genealogía cada vez más difícil de acallar. La escritura es una herramienta que permite el movimiento, sin que sea necesaria (cuando no es posible) la huida o el desplazamiento real. La escritura de las mujeres de nuestra generación busca vengar esa inmovilidad.

La soledad y la herencia

En «Mujeres que trepan a los árboles» una mujer nos habla, nos cuenta su día a día, sus charlas con la mujer que limpia su casa. Nos transmite por un lado una fuerte sensación de desamparo y soledad, pero al mismo tiempo es su búsqueda intelectual y vital la que le permite sostenerse en pie. Todo en este libro tiende al equilibrio desde la contraposición de ideas que pueden parecer cercanas pero resultan absolutamente contradictorias.

Patricia de Souza nos ofrece a la vez que una interesante apuesta lírica, una serie de razonamientos que tienen que ver con la dificultad para asirse a la libertad cuando has nacido mujer en un mundo de hombres. Y una de las cosas que mejor plantea en esa línea, es la soledad de las mujeres que escogen un camino no convencional. Soledad que viene acompañada de aislamiento y de puertas que se cierran.

En este punto, De Souza plantea una valiosa reflexión en torno a la extrañeza, que por momentos está estrechamente vinculada a la extranjería, pero que también hace alusión a una dislocación de la vida social, sin importar dónde esté. Esa mirada extraviada que se planta en algunas de nosotras en la infancia para no abandonarnos jamás. En este libro encontramos entonces también una revisión de la memoria, de las razones que nos llevan a construirnos de una determinada forma. Pero la idea sobresaliente explora los límites o las consecuencias de la nostalgia, la forma en la que el propio pasado muta, se dulcifica, para impedir que el sentimiento de frustración se instale sin remedio.

La luz debajo de las cosas

Patricia de Souza nos ofrece una reflexión intensa sobre el mundo material, sobre la forma en que el dinero y las posibilidades materiales condicionan la forma de mirar la vida y de vivirla. Y plantea con contundencia una nueva manera de escribirnos. En esa revisión llega a una idea que me parece sumamente interesante: para entender cómo participar del mundo es necesario fingir, casi formar parte del enemigo, hasta conseguir arrancarse el miedo. Esa visión me parece realmente fascinante y creo que está muy bien planteada.

En la mirada de Patricia de Souza hay muchísima luz, porque la búsqueda se impone por sobre las pérdidas, y la necesidad de creer que no todo está perdido va empujando el texto y las reflexiones hacia arriba. Y aquí habría que referirse a la importancia de que haya otros con quienes compartir este camino.

Encontramos una invitación a romper con las vías de escape que nos propone el mundo y a armarnos de valor para ir al encuentro de los otros, para entenderlos, y cuidarnos. Porque nuestra vida no es nada sin los demás, dice De Souza. Contra todo lo aprendido, es importante regresar al origen, al equilibrio, porque no todo aquello en lo que creíamos era falso. Ésa parece la gran conclusión de este libro fascinante sobre búsqueda e identidad con el que muchos, creo, podrán sentirse identificados.

Y termino con este contundente planteamiento vital:

 
 
 
MUJERES QUE TREPAN A LOS ÁRBOLES
Patricia de Souza
Editorial Trifaldi
978-84-945302-9-6
128 páginas
14,00 €