Estas últimas semanas he estado abocada a varias relecturas. Entre ellas he vuelto a Michael Crichton y su impresionante «Mundo perdido». Hoy en nuestro ciclo del desván de los libros perdidos les hablo sobre esta obra maravillosa que les gustará, ya sean fanáticos de la saga de «Mundo Jurásico» como sino; estoy segura.
La trama inquietante de Crichton
«El mundo perdido» de Michael Crichton es una novela difícil de clasificar; tal es así que si la buscas en cualquier librería puedes encontrarla tanto en la sección de suspenso como en la de de ciencia ficción; y es que una de las grandes habilidades del autor anglosajón, era dotar a sus historias de una variada trama que las volvía sumamente atrapantes, y que a la vez ofrecen elementos científicos que pueden resultar interesantes.
Después de su «Parque Jurásico», Crichton siguió trabajando en el tema de la ingeniería genética y consiguió una secuela mucho más contundente, desde mi humilde punto de vista (contrario, sin embargo a lo que piensa la mayoría) e interesante que el primer libro. Para mí, «Mundo perdido» trae elementos de la primera parte y los potencia; parece haber en este libro un exhaustivo trabajo en los escenarios y el empeño de no dejar ningún cabo suelto: de ahí que sea una de las obras de Crichton que más me gustan. En esta oportunidad, Crichton hace pie en el «Mundo perdido» de Arthur Conan Doyle y nos devuelve a estas criaturas arquetípicas, tan presentes en sueños y películas: los dinosaurios, pero nos habla sobre todo de la irresponsabilidad humana a la hora de llevar a cabo sus investigaciones que lo llevan a poner patas arriba su entorno.
Esta novela transcurre unos años más tarde de «Parque Jurásico» y, al igual que ésta, comienza con un curioso conflicto: en las costas de la Isla de Costa Rica han comenzado a aparecer enormes cadáveres de animales que son arrastrados por la corriente. Esto lleva a que se creen toda clase de habladurías y de hipótesis; muchas de ellas coinciden en que estas extrañas criaturas pertenecen a los extinguidos dinosaurios aunque las autoridades lo niegan.
Richard Levine, un apasionado paleontólogo, está dispuesto a llegar hasta donde sea con tal de descubrir el secreto que se esconde en esta isla. Para ello propone a su amigo Ian Malcom (a quien ya conocemos de la primera novela) que realicen una expedición a la isla. Malcom se resiste rotundamente recordando la experiencia anterior. La extraña desaparición de Levine, obliga a Malcom a emprender un viaje a la temida isla para rescatar a su amigo.
A partir de ahí comienza el plato fuerte del libro: volvemos a los estudios de Ingen y descubrimos que las investigaciones no sólo no han cesado, sino que se está realizando una ardua labor por «mejorar» las especies, a fin de conseguir un mundo de dinosaurios a medida. Y lo que encontraremos en esta lectura es una mezcla de suspenso, drama y ciencia ficción que nos atrapa desde la primera página.
Lo que se dice de Crichton
Una de las críticas que recibe la escritura de Crichton se basa en su esmero por mostrarnos en detalle la vida y las motivaciones de los personajes; esto que para muchos lectores es un fallo que tornan aburrida la historia, para mí es una de las características que vuelve más interesante su escritura.
Ciertamente, crear un mundo de fantasía utilizando el realismo de las emociones y las amenazas reales de nuestra vida me parece una de las cosas que mejor hace este escritor. Ya saben; de gustos no hay nada escrito y la misma razón por la que muchos les dirán que no lean a Crichton, será la principal razón que yo encontraré para recomendarlo.
Si bien para muchos esta historia es más de lo mismo, aunque la trama gire en torno al mismo tema, Crichton aprovecha para desarrollar de forma más elaborada la ambición humana y las consecuencias que sus actos pueden tener y esos son los puntos fuertes de esta lectura. Además, hace una interesante reflexión sobre la falta de ética en el mundo científico. Sinceramente, creo que es una obra sumamente interesante que nadie debería dejar de leer y por eso he querido hacerle un huequito en nuestro desván de los libros perdidos.
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