Frases del refranero popular ordenadas alfabéticamente. Refranes de la A a la Z. Letra N. [Aquí puedes encontrar más artículos sobre refranes.]
Hoy nos toca un nuevo texto para nuestro capítulo de Refranero Popular. Aquí vamos reuniendo las frases más interesantes de nuestra tradición siguiendo el hilo de nuestro abecedario. Si los refranes son leídos con atención pueden servirnos para mejorar nuestra calidad de vida, para tomar buenas decisiones y para pensarnos desde una nueva perspectiva. Hoy nos tocan frases del refranero que comienzan con la letra N. Si te has perdido las entregas anteriores; te dejamos una lista con cada uno de los capítulos, correspondientes con las letras A, B y C, D, E, F, G, H, I y J, L y M.
Refranes con la letra N
Esta frase se utiliza para expresar que algo no ha superado nuestras expectativas. En ese sentido, algo del otro mundo sería algo sorpresivo y que nos ha conmocionado profundamente. Suele acompañar comentarios en torno a la decepción que algo o alguien nos ha causado.
Este refrán se usa para expresar que nadie puede conocernos mejor que aquellas personas con las que hemos convivido. De este modo, frente a ellos no podemos fingir ser personas educadas y correctas porque ellos conocen nuestras debilidades. La frase se le adjudica a Madame Carnuel, quien la utilizaba para expresar lo difícil que es mantener el prestigio en las relaciones íntimas y lo crueles que pueden ser los juicios de la gente más allegada.
Este refrán que se origina en la norma que se imponía entre los militares de que no podían estar en sus puestos de trabajo ni ebrios ni dormidos, se utiliza como una locución que sirve como sinónimo de terminante negativa frente a cualquier situación.
Esta frase se le atribuye a Ramón de Campoamor que la usó para expresar que en las personas que están internadas en los manicomios no son precisamente las que deberían estar sino aquéllos que han sido engañados por el sistema para formar parte de él. En el habla cotidiana se utiliza para expresar que se echa de menos a alguien o que las personas reunidas no son todas las que deberían estar; en ocasiones, también sirve para expresar que quienes deberían haberse hecho cargo de una situación se hallan ausentes.
Esta frase sumamente popular se utiliza para expresar que el sitio en el que se halla reunida la gente está repleto y que ni siquiera cabe una persona de pie. Suele utilizarse para referirse a encuentros multitudinarios en los que se han agotado las entradas o el aforo y ha quedado gente fuera deseando participar.
Esta es otra expresión con la letra N que queremos reunir en esta lista. Se utiliza para referirse a una actitud de terquedad de una persona, que no desea cambiar de opinión ni siquiera después de que durante un buen rato los demás intenten hacerlo entrar en razones. También se puede usar en sentido positivo, para decir que alguien no pierde nunca la fe, que no se da por vencido. La frase se encuentra relacionada con el mundo del pulseo, pensando en aquella persona que a pesar de estar perdiendo la pulseada no quiere darse por vencido y continúa haciendo fuerza hasta el final.
Y terminamos con esta frase, también muy popular y que en teoría proviene de una vieja historia. La misma cuenta que alguien en una pelea callejera perdió un ojo y se fue corriendo con el ojo en la mano buscando ayuda. Como la gente lo miraba con cierta preocupación y para darse ánimos, el personaje decía «no se preocupen, está todo bien, no es nada lo del ojo». Con el correr del tiempo esta situación se convirtió en bagaje popular creándose la frase que dice «no es nada lo del ojo, dijo el paisano y lo llevaba en la mano». Y aunque esta última parte se omite en el refrán, sirve para comprender su sentido. Se utiliza para reírse de alguien que en una situación difícil intenta quitarle importancia al asunto para no quedar como una persona débil.
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