Uno de los grandes literatos españoles de todos los tiempos es, sin lugar a dudas, Miguel de Unamuno, perteneciente a la afamada Generación del 98, de la que también formarían parte otras ilustres plumas como las de Valle-Inclán, Carlos Arniches, Jacinto Benavente, Pío Baroja o Antonio Machado, entre otros.
Aquel, al igual que sus compañeros de “grupo literario”, nos legó obras de gran calado e importancia, que hoy son auténticos clásicos. Ejemplos de ello son Fedra o Del sentimiento trágico de la vida, que vienen a ser hermosos trabajos dentro del ámbito teatral y filosófico respectivamente.
Pues bien, además de esas, hay que subrayar el conjunto de narraciones y novelas que Unamuno realizó dejando buena muestra no sólo de su innegable capacidad artística sino también de su facilidad para crear personajes atractivos e historias que, de un modo u otro, consiguen llegarnos y hacernos pensar. ¿En qué trabajos concretos puede verse eso mejor? En los que te exponemos a continuación:
Niebla
Sin lugar a duda, la obra más reconocida y admirada de este escritor bilbaíno es esta, que vio la luz en el año 1914 y que está considerada como una de las cien mejores novelas españolas del siglo XX.
Todo gira en torno a la figura de Augusto Pérez, un joven rico que se encuentra en una encrucijada vital cuando su madre fallece. Y es que al morir esta, se halla sin saber qué hacer o qué rumbo tomar. Pero será en ese instante cuando conozca a Eugenia Domingo del Arco, una pianista, de la que se enamorará y a la que comenzará a cortejar. Sin embargo, la mujer le dará “calabazas” porque ya está comprometida.
A pesar del rechazo, Augusto conseguirá seguir estando presente en la vida de la artista y eso será lo que le facilite que, aprovechando la discusión de esta con su novio (Mauricio), se comprometa con la misma. Recibirá un sí para casarse, sin embargo, finalmente esta le dejará plantado en el altar para volver con su pareja.
Un nuevo varapalo que le hará plantearse el suicidio. Sin embargo, antes de hacerlo, Augusto decidirá visitar a Miguel de Unamuno, quien le informará que él es en realidad un personaje de ficción.
San Manuel Bueno, mártir
Hasta 1930 hay que retrotraerse en el tiempo para encontrar la publicación de este otro trabajo, insigne dentro de la bibliografía de este escritor. Nos cuenta la historia de Don Manuel, el sacerdote de un pequeño llamado Valverde de Lucerna, que está dedicado por completo a sus parroquianos. Se entrega a ellos y los ayuda en todo lo que puede, con el claro objetivo de no tener tiempo para pensar en un secreto que le atormenta: no cree en la vida después de la muerte. Sin embargo, a pesar de eso y para conseguir que los vecinos puedan estar tranquilos pensando que después de morir tendrán la vida eterna, finge creer en eso y tener fe.
Su secreto lo dará a conocer a Lázaro Carballino, un joven progresista y en contra del clero, con el que forjará una amistad que hará que las vidas de ambos cambien para siempre.
Dos interesantes obras estas que, sencillamente, son primordiales dentro de su bibliografía.
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