Te invitamos a leer los fascinantes cuentos de Patricia Esteban Erlés. «Ni aquí ni en ningún otro lugar» (Páginas de Espuma)
La literatura es una rueda de bicicleta. Un eje que es el que gestiona el movimiento y muchos rayitos que conectan ese eje con los diversos géneros. Todo en la literatura está relacionado. Un poema y un buen relato de ciencia ficción, un ensayo erudito y un cuento de hadas. Todo tiene el pulso de la desmesura y sirve para organizar nuestra visión del mundo. Muy cerca del eje orbita la tradición oral que alimenta muchos de los discursos más interesantes. Los cuentos de hadas, las leyendas están más vivas que nunca y en ocasiones se dejan ver con contundencia. En estrecha comunicación entre lo contemporáneo y lo tradicional se encuentra el libro Ni aquí ni en ningún otro lugar de Patricia Esteban Erlés (Páginas de Espuma), un cuentario fascinante y fabuloso que nadie debería perderse.
Los ecos del pasado para mejorar el presente
Aprender a mirar mejor el pasado es, seguramente, la mejor actitud que podemos tener en la vida para convertirnos en personas evolucionadas. Aprender a mirar y aceptar aquello que nos hirió para sobrevivir con todo el cuerpo y el espíritu a la herida y evitar que el dolor nos arrolle. Para eso la literatura puede ser un arma secreta, compañera inigualable. Estos cuentos, por ejemplo, donde podemos reconocernos en algunos personajes y encontrar posibilidades en medio de la noche.
Ni aquí ni en ningún otro lugar, de Patricia Esteban Erlés (Páginas de Espuma) podría describirse como una fábula de la fábula. A través de la lectura de estos cuentos podemos construir una idea de cómo la literatura nos ha servido para conocernos, reconocernos en la mirada de los otros, y también para salvarnos. El relato que nos contamos, ¿cuánto tiene de verdadero? Quizá ésa sea la gran pregunta. Y en su respuesta, nuestro canto.
Es éste un libro que tiene un tono claro que se ajusta a las necesidades del cuento tradicional y que nos ofrece una reflexión sobre diferentes experiencias que nos marcan a lo largo de la vida: la relación con la memoria, la desigualdad, el rechazo, la soledad. A través de cuentos extraordinarios podemos entender nuestra propia existencia.
Lo más fascinante de estos cuentos es que no sabríamos ubicarlos en un período temporal específico. Se construyen con un tono clásico, lo que nos podría hacer pensar en historias de la antigüedad; no obstante, hay en ellos muchos elementos que tienen que ver con nuestra realidad, por lo que terminamos pensando que son cuentos atemporales que, como tales, nos permiten ir más allá de lo que acontece para entender aquello de lo que los cuentos desean hablarnos.
Quedarse a vivir aquí, en estos cuentos
Al terminar esta lectura nos queda una sensación de absoluto disfrute. En estos cuentos dan ganas de quedarse a vivir; incluso en los más desesperantes una tiene el deseo de quedarse. Y esto se debe a que es literatura verdadera. La forma en la que se nos presentan los personajes y transcurren los hechos es totalmente creíble y sincera. Encontrar esto en un libro de cuentos es uno de los mejores regalos que podemos recibir.
Las ilustraciones de Alejandra Acosta son otro acierto. A través de tonos contrastantes, consigue hacernos pensar que tenemos en las manos un libro antiguo, con todo lo que ello supone. Y aunque la escritura de Erlés es fresca y totalmente contemporánea, al usar un estilo clásico y combinarse a la perfección con las ilustraciones de Acosta, el resultado es verdaderamente confuso.
Sin lugar a dudas es uno de los grandes libros de cuentos que recomendaré durante bastante tiempo. Me interesa la estética, me fascina el perfecto encuadre que ofrecen ilustraciones e imágenes y también creo que son cuentos que pueden servirnos para pensarnos mejor y construir una mejor versión de nosotras mismas. ¿Qué más podemos pedirle a la literatura?
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