Te invitamos a leer «No me llames loco, no te llamaré idiota» de Cristina Sanz Guerra (Viento Norte), ópera prima de la autora.
Acabo de terminar un libro hermoso. No me llames loco, no te llamaré idiota, de Cristina Sanz Guerra (Viento Norte), una lectura sobre la importancia de aceptar a los demás como son pero entendiendo que la única forma de hacerlo es aceptándonos primero a nosotros mismos. Es tan importante este giro, entender que no hay otra manera de acercarnos a los demás y de quererlos que desde un autoconocimiento y el autorrespeto.
En este artículo te presento a esta autora y te hablo sobre lo más destacado de su primera novela. Quizá sea una lectura que nos sirva para entendernos mejor y para cuidar mejor de las personas que nos rodean. ¿Te animas a leerla?
¿Quién es Cristina Sanz Guerra?
Cristina Sanz Guerra nació en Bilbao en 1974, y pasó su infancia en la provincia de Galicia.
Se graduó en psicología y se especializó en el área infantil. Durante muchos trabajó en Galicia con niños y niñas en situaciones de abuso y desprotección. Hace veinte años trabaja como orientadora escolar en Extremadura. En la actualidad su trabajo se centra en el asesoramiento escolar para tratar con niños y niñas con problemas de sordera.
Cristina Sanz Guerra es la esposa de Verónica Hernández, a la que seguramente conoces: es la creadora del blog literario Los libros de Veda, donde comparte reseñas de sus lecturas. Si no la conoces, te invito a hacerlo, y a seguirla en sus redes sociales, para descubrir maravillosas lecturas.
No me llames loco, no te llamaré idiota es la primera novela de Cristina Sanz Guerra y se presenta como una conseguida primera obra publicada.
Pensar la otredad desde la literatura
En esta novela Cristina Sanz Guerra nos presenta la historia de amistad de dos personajes peculiares. Por un lado tenemos a Adrián, un hombre con una discapacidad intelectual que ronda la cincuentena y se siente solo; en la otra cara de la historia está Jorge, un joven con un trastorno mental crónico. Ambos se parecen en el dolor que zanja la soledad entre las criaturas que son apartadas de la sociedad por no encajar en los parámetros entendidos por ésta como «normales».
Es una novela escrita en forma de diario que nos permite acercarnos al día a día de estos dos personajes para mostrarnos lo real que es la experiencia vital en ellos. Esto es muy importante, dado que la sociedad al invisibilizarlos intenta que nos los veamos como criaturas independientes, con órganos, deseo, aspiraciones, sino como figuritas deslucidas de un álbum que conforma el mundo. A través de la cercanía con la que se halla escrito este libro podemos acercarnos a estos dos hombres y empatizar con sus problemas y sus deseos. Una vida mejor es posible, quizá ése sea el gran mensaje de este libro. Todos nos merecemos una vida mejor. Y las oportunidades no deberían recaer siempre sobre los mismos.
Algunas de las reflexiones de esta novela entroncan con el cuidado, con las mujeres siempre haciéndose cargo de la herida del mundo, con el silencio que recae sobre las criaturas que no se muestran de forma normal, que no pueden ofrecer productividad al mundo. Al final, es una novela que trabaja sobre la soledad, las cosas que nos acercan a los demás, que siempre son más que las que nos alejan, y nos ofrece una mirada sobre la vida y el mundo tierna y llena de esperanza. El gran aprendizaje de Jorge y Adrián es que si pudieran verse como el otro es capaz de verlos y quererlos, entonces serían felices.
El único camino para aceptar las diferencias y establecer vínculos estrechos con los otros es partiendo de la propia aceptación. Quizá ésa es la enseñanza más importante que deberíamos recibir en esta vida y, generalmente, no es la primera que nos llega, porque se cree que el amor es algo que se construye hacia fuera. La perspectiva de esta novela nos invita a pensar en esto y a repensar nuestros propios vínculos. Que nadie deje de leerla.
NO ME LLAMES LOCO, NO TE LLAMARÉ IDIOTA
Cristina Sanz Guerra
Viento Norte
978-84-124359-6-2
212 páginas
15,90 €
Comentarios1
Una vez has aprendido a aceptarte puedes comprender mejor a los demás. Un tema interesante.
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