La novela, un género en movimiento

La novela es un género narrativo que ha cambiado mucho con el correr de los años, diversificándose y ampliando sus horizontes. Tal es así que en la actualidad podemos encontrar una variedad muy significativa de ejemplares del género que no tienen nada que ver unos con otros. En este artículo hablaremos un poco sobre la historia de la novela y sobre cuál es el futuro de ella.

Características de la novela

Según la definición de la RAE una novela es una obra literaria que se encuentra escrita en prosa y que cuenta una historia ficticia; su principal objetivo es estético, despertar pasiones y causar placer en los lectores

Una de las particularidades de este género, que lo diferencia claramente de los demás, es la libertad que ofrece a los artistas. Permite crear historias y entrelazarlas a gusto y antojo, subordinando algunos sucesos a otros para conseguir amalgamarlos entre sí. Si bien, como comúnmente se dice la novela no es superior al cuento, cierto es que posee una estructura más compleja y que exige una atención y un cuidado minucioso de parte del escritor para poder ser considerada imprescindible.

De acuerdo al contenido de sus historias las novelas se clasifican en: bizantinas, de caballerías, de aventuras, históricas, costumbristas, góticas, ficción criminal, fantasía, pastoril, negra, etc. Existen miles de subgéneros dentro de este perteneciente a la narrativa, y cada vez resultan aparecer nuevos.

Orígenes del género

Pero hablemos un poco de su historia. Es necesario que aclaremos que es éste el género que surgió de forma más tardía y lo hizo durante la Edad Media (existen relatos más antiguos, compuestos por versos y pertenecientes a la tradición oral de las culturas sumeria e hindú, se intuye que en ellos se encuentra la raíz de la novela como género narrativo).

Una de las primeras novelas es la de Genji Monogatari, perteneciente a la literatura clásica japonesa. Se cree que fue escrita incluso antes que los primeros romances que se reconocen como novelas occidentales (datan del siglo XI y XII). Desde el siglo XIII al XIV y XV se escribieron novelas escritas en verso, y a finales de este último, aparecieron los primeros romances escritos en prosa. Surge en esta época el subgénero de caballería.

En el siglo XVI surge la edad moderna y fue una etapa de fuertes cambios no sólo para el mundo, sino también para la literatura en particular, pues la creación de la imprenta permitió una mayor difusión de las obras y colaboró considerablemente con la alfabetización. En este período el subgénero que tuvo protagonismo fue la novela pastoril. Finalizado este siglo hubo una advocación por el realismo, surgieron las parodias a los géneros anteriores y la que pasó a tener el protagonismo fue la novela picaresca.

La modernidad de la mano de Cervantes

La modernidad se asienta con la primera novela que se considera parte de esta era, una de las obras más importantes de esa y de toda la literatura hispanoamericana, «Don Quijote de la Mancha» de Miguel de Cervantes Saavedra. Innovó al presentar la historia dividida en episodios y una estructura completamente reformista, imponiendo las bases que aún al día de hoy se respetan a la hora de componer una obra de este género.

Así, siglo a siglo la novela fue modificándose, ofreciendo nuevos subgéneros, atreviéndose a contar historias que antes no podían mencionarse (en el siglo XVII se escriben fundamentalmente en Francia, Alemania y Gran Bretaña novelas de escándalo, por ejemplo).

El origen de las novelas de romances data del siglo XVIII, se aseguraba que esas historias habían sido escritas con fines comerciales y que no intentaban ser encasilladas dentro de la «literatura». De este modo, surgía la lectura como entretenimiento (hasta ese momento era una herramienta para adquirir conocimientos). Con el correr del tiempo, este subgénero fue adquiriendo importancia y validez, hasta ser incluido como uno más dentro de la inmensa red que reúne a las novelas de todos los estilos.

Del siglo XIX a nuestros días

A partir del siglo XIX el mercado de los libros comenzó a consolidarse, con portadas cada vez más atractivas y contenido adecuado para diferentes gustos y edades, es en este siglo cuando surge el gran dilema que aún no hemos sido capaces de responder: el artista debe escribir para que el público se sienta satisfecho, o por el amor al arte porque sí.

La novela moderna, surgida a partir del siglo XX, mostró una gran influencia del psicoanálisis, además de unas técnicas narrativas muy marcadas y diferentes a las del período anterior. En esta etapa hay una gran división entre los artistas: por un lado aquellos que se volcaron por historias románticas o ficcionarias y otros, como Balzac, que volvieron al realismo. Honoré de Balzac buscó crear una novela que reflejara todos los aspectos de la sociedad (polifónica), con descripciones y reflexiones filosóficas sobre la realidad.

En este siglo, también se produce el Boom Latinoamericano, una movida que permitió que la literatura se fusionara aún más, que los autores latinos fueran leídos en Europa, como lo habían sido y seguían siéndolo los europeos en Latinoamérica. Entre estos autores se encontraron Mario Vargas Llosa, Julio Cortázar, Gabriel García Márquez, José Donoso, entre otros.

La pregunta que solemos hacernos quienes amamos este género es ¿cuáles son las bases de la novela de hoy en día? ¿hacia dónde se dirige? ¿qué otro gran movimiento nos espera? Es difícil saberlo, en la actualidad donde imperan las modas y las mejores librerías se encuentran atiborradas de libros-basura, el panorama no pinta positivo.

Como la novela ha ido modificándose, buscando nuevos horizontes, nuevas formas de contar las historias, pero siempre ha sabido defenderse de las tendencias y de los invasores, probablemente se aproveche de las nuevas tecnologías para defenderse un poco más.

El auge de los medios electrónicos permitirá que lentamente aquellas obras que no merecen del todo la pena ser leídas pasen a distribuirse en formato digital, y lleguen al papel sólo aquellas que realmente se merecen un lugar en los escaparates. Es una de las opciones, la otra es que entre todos luchemos por buscar calidad a la hora de escoger nuestras obras, de regalar una novela o de proponer lecturas.

No solamente las buenas historias son las del período clásico, hoy en día existen muy buenos autores de este género, pero más que nunca debemos tener los ojos abiertos y saber elegir aquello que realmente tiene valor artístico y contenido interesante.

Comentarios1

  • Carlos Gamissans

    Interesante artículo, aunque no comparto lo que se dice de que en el futuro las buenas obras estarán en papel y las más flojas se quedarán en el formato electrónico. Más bien veo este último como la posibilidad de que surjan nuevas propuestas literarias que las editoriales tradicionales no publicarían, por falta de garantías comerciales.



Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.