Hablar de la mejor literatura turca de las últimas décadas es hacer referencia de manera incuestionable a Orhan Pamuk (1952), ganador del Premio Nobel de Literatura en 2006. Una pluma que ha conseguido convertirse, además, en un referente dentro y fuera de su país. Lo ha logrado por unas historias humanas y que abordan temas candentes del pasado y del presente de la sociedad.
En concreto, entre las muchas novelas que merece la pena leer de él se encuentran algunas como estas:
La casa del silencio
En el año 1983 fue cuando vio la luz esta obra que toma como protagonista a Fatma. Esta una mujer que, al comenzar la revolución de 1908, se marchó de Estambul. Vive en la casa que compartió con su difunto marido y con el hijo ilegítimo de este. Un lugar al que le visitan periódicamente sus nietos, pues sus hijos fallecieron también. Nietos que, por distintas razones, quieren que su abuela venda la vivienda.
En concreto, esos tres personajes que intentarán aunar fuerzas para conseguir su propósito son Nilgün, que desea que se produzca una revolución social; Faruk, que es un historiador que ha encontrado en el alcohol el refugio al abandono que ha sufrido por parte de su mujer; y Metin, un experto en las matemáticas que quiere emigrar para encontrar un futuro mejor.
El museo de la inocencia
2008 fue, sin embargo, cuando Orhan Pamuk procedió a publicar esta otra novela que viene a mezclar el amor y la historia. Y es que precisamente viene a contar la frustrada relación entre dos personajes: Kemal, el heredero de una rica familia de Estambul, y Füsun, una pariente de aquel que pertenece a una clase más baja.
A partir de esa premisa, el autor viene a desarrollar la evolución de ese amor en las décadas de los años 70 y 80. No obstante, eso también servirá para poder conocer el Estambul de esos momentos a través de aspectos tales como el sexo, la sociedad, el matrimonio…
Una sensación extraña
En el año 2015 fue cuando vio la luz esta otra novela que viene a acercar al lector a la vida de Mevlut Karatas, un vendedor callejero. La historia arrancará siendo este un niño de 12 años que vive en una aldea de Anatolia. A partir de ahí se irá conociendo cómo tiene que comenzar a buscarse el sustento vendiendo una bebida tradicional de Turquía, que se da en llamar boza.
Él sueña siempre con mejorar su situación y encontrar ese halo de suerte que haga cambiar las cosas. Sin embargo, mientras que personas de su alrededor sí lo consiguen, él no. Eso le hará sentirse frustrado y diferente. No obstante, pronto sucederá algo inesperado que quizás le sirva para poder entender su vida, el porqué de su situación o lo que el destino le tiene preparado.
Y todo eso al tiempo que el lector va descubriendo, además, la evolución de Estambul durante el periodo comprendido entre las décadas de los sesenta y el siglo XXI.
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