Que los distintos artes existentes se enriquecen mutuamente y se mezclan entre sí es algo absolutamente innegable pues muchos son los ejemplos que existen a lo largo de la historia. No obstante, en este caso nos vamos a centrar en varias novelas que han tomado a la pintura como protagonista y lo han hecho porque han encontrado en ella la magia necesaria para desarrollar relatos interesantes, atractivos, llenos de misterio y capaces de tener al lector enganchado en todo momento.
Este sería el caso, por ejemplo, de la narración titulada La pintura del monstruo. En el año 2010 fue cuando vio la luz la misma que fue escrita por el autor murciano José Emilio Iniesta González.
En ella se toma como figura central a un profesor de Historia del Arte que se da en llamar Patricio Almela. Su auténtica pasión es la pintura tenebrista y en concreto la realizada por el gran maestro italiano Michelangelo Merisi da Caravaggio. Este hecho será precisamente el que le lleve a afrontar una complicada misión como es el descubrir si una obra es o no de este pintor y para ello tendrá que superar toda una serie de obstáculos y de secretos que pondrán en peligro su vida.
Asimismo entre aquellos destacarán desde ajustes de cuentas hasta secretos familiares pasando por herencias que ocultan misterios. Y todo ello al tiempo que el propio Almela tendrá que ir superando la depresión en la que se encuentra sumido por culpa de la muerte de su esposa. No obstante, puede ser que la aparición de una bella mujer contribuya a que rápidamente empiece a salir del pozo de tristeza en el que se halla.
Pinturas misteriosas
Si aquella novela gira entorno al mundo de la pintura también lo hace la que el experto en el mundo del arte Gauke Andriesse publicó en el año 2006 bajo el título Las pinturas desaparecidas. Se trata de un relato policiaco que tiene como figura central al detective Jager Havix que no se encuentra viviendo su mejor momento pues un gran amigo acaba de fallecer.
Una muerte que le sumirá en una inquietante y artística investigación pues el fallecido le ha dejado en herencia un cuadro de Vermeer así como una carta en la que le da a conocer a Han van Meegeren, un pintor que durante la guerra había vendido a importantes nazis cuadros falsificados de Vermeer como si fueran auténticos.
Estos acontecimientos sumarán a Havix en una interesante investigación plagada de muertes en extrañas circunstancias y de transacciones económicas nada claras. Y todo ello al tiempo que se le encarga una misión que estará muy relacionada con aquella otra: encontrar la colección de pinturas que los nazis expoliaron a una familia de judíos durante la ocupación holandesa.
Además de estas dos novelas tenemos que exponer que existe otra que, aunque no lleva el término pintura en su título, si gira entorno al arte pictórico. Nos estamos refiriendo a La tabla de Flandes (1990) que fue escrita por Arturo Pérez Reverte.
En ella se nos cuenta como en la actualidad una joven restauradora de arte, en compañía de un anticuario y un jugador de ajedrez, intentan descubrir el misterio que se conserva en un cuadro que fue realizado por un pintor flamenco en el siglo XV. Saben que en la obra que dejó, donde se representa a una serie de figuras jugando una partida del citado ajedrez, presentó diversos elementos que dan a conocer un secreto que puedo cambiar el rumbo del continente.
Debes estar registrad@ para poder comentar. Inicia sesión o Regístrate.