Una de las escritoras más importantes que ha tenido la Literatura española del siglo XX ha sido, sin duda alguna, la salmantina Carmen Martín Gaite. Y así lo demuestra el conjunto de galardones que la han reconocido a lo largo de toda su carrera: el Premio Nadal, el Premio Príncipe de Asturias…
Se trata de una autora que ha dejado parte de su esencia en cada una de sus obras y entre todas ellas podríamos destacar algunas que se han convertido en clásicos dentro de la misma. Este sería el caso, por ejemplo, de Entre visillos, que se publicó en el año 1957 y que fue merecedora del citado Nadal.
En esta narración se toma como protagonistas a un grupo de muchachas que, a través de sus encuentros y charlas, nos permiten conocer la realidad de la mujer en el siglo XX. Se trata de féminas con falta de interés por la vida y absolutamente concienciadas del papel que les toca jugar en la sociedad del momento. Pero todo ello se tambaleará para algunas con la llegada de Pablo Klein.
Aquel es un profesor de alemán que comienza a trabajar en el instituto y que supone una auténtica revolución, pues su manera de entender la vida en absoluto se asocia a cuestiones tales como el conformismo.
El pasado y el presente
Uno de los trabajos más íntimos y más alabados de la carrera de la escritora Carmen Martín Gaite no es otro que el que lleva por título El cuarto de atrás. En el año 1978 fue cuando se publicó dicho libro que recibió el Premio Nacional de Narrativa.
La propia autora es la protagonista de este relato que toma como punto de partida la extraña visita que recibe aquella. En concreto, hasta su hogar llega un singular personaje vestido de negro con el que comenzará a mantener una conversación que le llevará a la mujer a evocar recuerdos del pasado que entremezclará con escenas y momentos pertenecientes a su mundo literario.
La tercera novela que destacaríamos entre la gran trayectoria de esta pluma salmantina es la titulada Nubosidad variable, que llegó a las librerías en el año 1992.
El género femenino vuelve a ser, como en los anteriores trabajos citados, el que toma el protagonismo en esta narración. En concreto, las dos figuras centrales del mismo son Mariana León y Sofía Montalvo.
Aquellas son amigas inseparables y parece que nada puede romper ese lazo tan estrecho que mantienen. Sin embargo, sí hay algo que logra separarlas: el amor por el mismo joven.
Este hecho propiciará que ambas tomen caminos diferentes en sus vidas y así se pierden la pista durante muchos años. Pero el destino decide volver a unirlas. Así, en una visita a una exposición de pintura se reencuentran y eso les lleva a iniciar nuevamente su amistad.
Será una amistad en la distancia por un tiempo y es que Mariana tiene que emprender un largo viaje. Eso supondrá que decidan optar por ir escribiéndose cartas de manera periódica para así mantener esa amistad ahora retomada y para ponerse al día de todo cuanto les aconteció a lo largo de esos años que estuvieron separadas.
Comentarios1
gracias, muchas gracias.
siempre encuentro muy interesante la información
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