Uno de los autores más interesantes que actualmente existen en el panorama literario español es Javier García Sánchez, una pluma barcelonesa que ha conseguido hacerse un importante hueco en aquel gracias a un conjunto de trabajos donde priman la calidad narrativa y la historias de gran atractivo para el lector. Tanto es así que no sólo ha conseguido el favor del público sino también de la crítica, de ahí que haya recibido importantes galardones en reconocimiento a su labor profesional.
De esta manera, por ejemplo, podemos destacar, dentro de su extensa bibliografía, la novela titulada Dios se ha ido, que en el año 2003 obtuvo el Premio Azorín. La misma toma como protagonista a un hombre de mediana edad, aficionado al ajedrez, que verá como su vida se convierte en un tablero y deberá pensar qué jugadas y movimientos realizar para conseguir que aquella vaya por buen camino.
A medio camino entre el drama y la comedia se sitúa este libro que nos permitirá conocer las situaciones tan disparatadas y surrealistas a las que tiene que hacer frente. Entre ellas se encuentran, por ejemplo, sus andanzas sexuales tomando como referencia a unos vecinos muy fogosos o sus conversaciones con su asistenta filipina, con la que se no entiende idiomáticamente hablando y con la que utilizará todo tipo de signos con tal de que aprenda a mejorar la limpieza que realiza en el hogar.
Todo ello sin olvidar tampoco las relaciones que mantendrá con otro vecino espía del que intentará zafarse en todo momento.
Las distintas caras del amor
Dentro de la bibliografía de Javier García Sánchez también merece la pena hacer una parada en otra de sus narraciones más interesantes. Este sería el caso de La Dama del Viento Sur, que se publicó en el año 1985.
En este caso, el leit-motiv de la obra es el amor, pero no cualquier tipo de amor sino el imposible, aquel que lleva al ser humano a obsesionarse y a hacer que toda su vida gire en torno al mismo.
En concreto se nos acerca a la figura de Hans Kruger, un hombre que es internado en un centro psiquiátrico como consecuencia de la obsesión que tiene por una compañera de trabajo llamada Olga Dittsdorf. Siente un amor y una pasión irrefrenable por ella que le hará sufrir hasta límites insospechados y eso será lo que le llevará a llegar hasta cotas de dolor imposibles de asimilar y de entender.
El amor, pero desde un punto de vista más fraternal y espiritual, es el que, sin embargo, se convierte en el protagonista de la novela titulada Falta alma, que llegó al mercado literario en el año 2001.
Aquel se nos plantea a través de la figura de un viejo cascarrabias enfermo de Parkinson que se niega a salir de la habitación en la que se ha encerrado porque no quiere relacionarse con nadie. Sus dos sobrinas solteras son las que se encargan del cuidado de este hombre, un director de orquestra frustrado, y ante la situación que se vive en casa deciden contratar a alguien que les ayude a hacer la misma mucho más llevadera.
Así, se harán con los servicios de una joven llamada María, que es violinista y que a través de esa pasión por la música conseguirá calar muy hondo en el corazón del citado anciano. De esta manera, se establecerá entre ellos una relación de cariño y de amistad que estará llena de ternura y que emocionará al lector.
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