Como historiador y como docente ha conseguido un importante reconocimiento el mexicano Jorge Fabricio Hernández, pero también lo ha logrado como escritor. Buena muestra de esto último son las alabanzas por parte de crítica y público que ha recibido con sus libros, entre los que se hallan diversos ensayos, conjuntos de cuentos y también dos novelas.
Precisamente en esas últimas queremos centrarnos ahora dándote a conocerlas para que puedas disfrutar de sus tramas, las que han conseguido encandilar a miles de lectores en todo el mundo:
La Emperatriz de Lavapiés
En el año 1999 fue cuando llevó a cabo la publicación de esta narración en la que nos encontramos cierta similitud con Don Quijote, en el sentido de que su protagonista va en busca de un amor, una figura idealizada.
En este caso el “ingenioso hidalgo” no es otro que Pedro Torres, un español que, con diez años de edad, se marchó a vivir a México y que ahora, seis décadas después, consigue volver a su tierra natal, a Madrid. Así llegará a una ciudad muy cambiada, que recorrerá por sus rincones más emblemáticos, como Gran Vía o Alcalá, que respirará y vivirá a través de barrios como el de Lavapiés…y todo teniendo como claro objetivo el poder dar con el paradero de Carmen, la Emperatriz de Lavapiés, la que ha venido a convertirse en su propia Dulcinea.
Así transcurrirán sus días mientras se reencuentra con su pasado, evoca momentos de su vida que le dejaron una profunda huella y compara la capital española con el México en el que reside.
Réquiem para un Ángel
2009 fue, por su parte, el año en el que Jorge Fabricio Hernández tomó la decisión de presentar la segunda novela de su carrera. Una narración que vive a ser una historia de amor, la que el protagonista, Ángel Andrade, siente por México.
Por determinadas circunstancias mentales, ese hombre llega un momento en el que se cree que es el único que pueda salvar a su ciudad del desastre y del caos en el que vive. Cree que se ha convertido en el Ángel Exterminador de todas las Impurezas que la asolan y así emprende una aventura en la que considera que llegará un final en el que tendrá que verse las caras con todo el Mal.
Sin embargo, en ese camino de salvación para sus vecinos y sus calles y casas, se irá topando con personajes de todo tipo y de toda condición que le mostrarán no sólo lo malo de la urbe sino también lo bueno que ha tenido, tiene y tendrá.
De esta manera, es como el propio autor viene casi a mostrar su propia relación amor – odio que puede sentir por México, fruto de todo lo que le aporta y todos sus encantos así como de las situaciones más trágicas y escabrosas que tiene en su seno.
¿Te animas a descubrir el universo narrativo de este autor que fue finalista del Premio Alfaguara de Novela por la mencionada La Emperatriz de Lavapiés?
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