El autor Julio Verne (1828 – 1905) está considerado uno de los grandes escritores de todos los tiempos. Y es que no solo nos ha legado historias realmente atractivas e interesantes llenas de aventuras sino que también tuvo la particularidad de que en muchas de sus obras ya vaticinó ciertos dispositivos tecnológicos que llegarían tiempo después.
Así, en Robur el Conquistador (1886) habló de un medio de transporte aéreo similar a lo que es hoy el helicóptero, en La ciudad flotante (1870) adelantó la existencia del transatlántico y en 20.000 leguas de viaje submarino (1871) visionó la creación del submarino.
Sin embargo, no fueron las únicas novelas en la que planteó esos adelantos tecnológicos. También lo hizo en estas otras:
De la Tierra a la Luna
En el año 1865 fue cuando vio la luz esta obra, que viene a adelantar lo que son los cohetes espaciales.
Ese vaticino tecnológico lo viene a plantear a través de la historia de un grupo de artilleros de Baltimore llamado Gun-Club que decide afrontar un singular proyecto. En concreto, viajar a la Luna en un proyectil. Y eso es algo que harán tres personajes: Impey Barbicane, Michel Arden y el capitán Nichols.
Durante cuatro días consiguen estar en el espacio y vivir aventuras inimaginables como incluso llegar a brindar con champán suspendidos en medio del aire.
La isla misteriosa
Julio Verne llevó a cabo, por su parte, la publicación de esta otra novela en el año 1874. Una obra que el principal adelanto tecnológico que viene a hacer es establecer la existencia del ascensor principalmente.
Ese invento ya fue creado por la mente del autor en esta historia que cuenta como varios hombres, tras sufrir un percance en el globo en el que viajaban, acaban cayendo en una isla. Allí se verán en la necesidad de hacer uso de todo su ingenio para poder sobrevivir y también para poder intentar volver a sus hogares.
Ante la bandera
1896 fue, por otra parte, el año en el que vio la luz esta otra obra, que viene a adelantar un elemento que se ha convertido en uno de los grandes males de la historia más reciente del mundo: la bomba atómica.
Precisamente dicho dispositivo es el leitmotiv del argumento del libro. Y es que este viene a contar que un ingeniero francés llamado Thomas Roch inventa un arma de destrucción masiva a la que le da el nombre de fulgurador Roch. Una vez que lo ha creado intenta venderlo a numerosos países del mundo, pero la negativa que obtiene de esos da lugar a que acabe perdiendo la cordura y tenga que ser ingresado en un psiquiátrico.
Un centro aquel en el que será espiado por otro ingeniero que intenta apoderarse de su invento. Sin embargo, sus planes se verán frustrados cuando ambos sean secuestrados por unos piratas que les llevarán a una isla. Allí podrán desarrollar aún más la citada bomba atómica, que será una pieza clave en el final de esta historia.
¿Sorprendido por los vaticinios tecnológicos de Julio Verne?
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