Cuando decimos el nombre de Umberto Eco, a todos se nos viene a la mente el que es el autor de una de las novelas más importantes de la literatura del siglo XX. Nos estamos refiriendo a El nombre de la rosa (1980), una espectacular y fascinante obra de misterio que se sitúa en la Edad Media y que da consabida cuenta de cómo un monje y su pupilo se ven en la necesidad de intentar descubrir quién se encuentra detrás de unos espantosos asesinatos que se están cometiendo en un monasterio.
La magia, el ambiente y la perfecta descripción de los personajes son algunas de las razones que hicieron de ese trabajo un referente para los apasionados de la novela negra. No obstante, no podemos pasar por alto que el citado autor también cuenta con otros libros de corte similar que, quizás, no son tan afamados, pero que, de igual modo, poseen una calidad innegable:
El péndulo de Foucault. En el año 1988 fue cuando se llevó a cabo la publicación de esta narración que mezcla el misterio con el esoterismo y las sociedades secretas.
En concreto, la historia da comienzo cuando tres profesionales de una editorial deciden divertirse y urden un juego sobre las ciencias ocultas. Basándose en un plan que presumiblemente establecieron los caballeros de la Orden del Templo es como le darán forma a ese entretenimiento en el que participarán escritores aficionados a ese tipo de secretos, de misterios y de fuerzas esotéricas.
Pronto lo que se planteó como un medio de diversión se convertirá en algo mucho más serio y peligroso, pasará a ser una auténtica pesadilla para todos y cada uno de los protagonistas.
La misteriosa llama de la Reina Loana. Otra de las novelas de Umberto Eco que siempre mantiene en tensión y suspense al lector es esta, que vio la luz en el año 2004.
El protagonista no es otro que Giambattista Bodoni, un hombre de setenta años que sufre un aparatoso accidente y que se despierta sin reconocer a nadie de su familia y sin ser capaz de recordar nada de su vida. Es singular que, aunque ha perdido todo lo que sería la memoria que se refiere a su parte personal e íntima, sí es capaz de recordar cualquier detalle referente a la Historia.
Por eso, por “presión” de su mujer, decide marcharse hasta un caserón perdido en Solara, un lugar donde pasó parte de su infancia y donde quizás pueda recuperar todos los momentos y personas que forman parte de su pasado y de su futuro. Lo que no sospecha es que ese regreso a sus años de infancia y juventud le puede hacer refrescar secretos y sucesos que posiblemente quería borrar para siempre de su memoria.
El cementerio de Praga. 2010 fue el año elegido para presentar de manera oficial esta otra novela que gira en torno a la figura del capitán Simonini, este es un falsificador que ha trabajado creando documentos falsos para diversos países, tales como Francia, Rusia o Alemania.
Ahora, en su recta final de vida, aprovecha para, inspirándose en grandes literatos de la Historia, proceder, en forma de memorias, a crear conspiraciones e inventar tramas que podrían hacer tambalear la estabilidad internacional. No obstante, es posible que no todo sean invenciones.
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