Te recomendamos 5 novelas que pueden servirte para iniciarte en la lectura de narrativa.
La literatura clásica está llena de obras inolvidables. Si estás dando tus primeros pasos en la lectura, esta lista puede ayudarte.
Te presento 5 novelas que pueden servirte para volverte adicta a la literatura. ¿Las leíste? ¿Cuáles son esas historias que siempre recomiendas en primer lugar?
«451 Fahrenheit», de Rad Bradbury
Para muchos, la mejor novela de la historia. Bradbury tiene una gran capacidad para llevarnos de la mano a través de su universo, mostrando el lado turbio de lo que nos representa, pero también el lado bello de nuestra humanidad. Pese a la gran oscuridad que encontramos en sus tramas, siempre podemos descubrir luz y aventura.
En esta novela nos internamos en una realidad distópica en la que los libros son considerados peligrosos. Los bomberos tienen la tarea de reunir todos los libros de la ciudad y quemarlos en públicos. Montag es un bombero que realiza esta labor sin cuestionarla, hasta que conoce a una chica que quiere salvar los libros y la cultura a toda costa. Se llama Clarisse McClellan. A partir de este encuentro la novela presenta un claro conflicto exterior e interior y nos va ayudando a despertar, mientras despierta el protagonista. Una novela maravillosa, con una tensión trabajada milimétricamente y un mensaje de pasión de la literatura.
«Azabache», de Anne Sewell
Fue una de las primeras novelas que leí con absoluta devoción. Me gusta pensar que es el libro que me convirtió en la lectora que soy. Porque, a medida que avanzaba en la lectura comencé a sentir la necesidad de conservar ciertas imágenes, ciertas ideas, y escribirlas. Pienso que, como me pasó a mí, cualquiera que lea «Azabache» se sentirá conquistado ineludiblemente por el mundo de la literatura.
El gran acierto de esta novela es la narración: quien cuenta la historia es Azabache, un caballo viejo, que en sus últimos días de vida recuerda su pasado y trata de entender por qué las cosas han sucedido como lo hicieron. Una lectura profunda a la vez que entretenida.
«Frankenstein», de Mary Shelley
Esta novela ha dado pie a una gran cantidad de historias alternativas. Shelley nos abrió un mundo de posibilidades al regalarnos una historia sumamente exquisita para nuestros sentidos.
Frankenstein es la historia de un monstruo.
Cuenta la forma en la que un científico desafía a dios creando vida. Es una obra que ofrece muchísimas lecturas y que, a nivel literario, tiene un trabajo exquisito. La influencia de Shelley sería tan importante en la literatura que, muchos años más tarde el propio Crichton se sentiría llamado por esta idea al componer «Mundo jurásico». ¿No has notado el gran parecido que tiene la ambición en ambas obras?
«Oculto sendero», de Elena Fortún
Lo ideal es llegar a «Oculto sendero» de Elena Fortún después de haber leído «Celia»,una historia de iniciación completamente política y llena de sentido. Pero de las dos, sin duda, «Oculto sendero» es la que mejor representa la voz de Elena Fortún.
Se trata de una autobiografía a través de la cual Fortún explora sus emociones y trata de entender su deseo. El ambiente tirano y heteropatriarcal jugó profundamente en contra de ella, impidiéndole salir del armario y vivir (y escribir) libremente. Es una obra que se publicó de forma póstuma, pese a que la autora dejó expresamente indicado que, a su muerte, fuera destruida.
A través de este libro, Elena consigue poner en palabras su propio deseo en María Luisa Arroyo. En este camino de descubrimiento Elena vive en María aquello que necesita o que, posiblemente, le habría gustado tener. Y, si bien, la lectura nos llena de rabia por esa imposibilidad de la autora a ser ella misma, nos ofrece numerosas reflexiones que pueden servirnos para nuestra propia vida.
Una novela increíble, que nadie debería perderse y, de paso, una hermosa lectura para iniciarse en el mundo de la narrativa.
«Relato de un náufrago», de Gabriel García Márquez
Lo que voy a decir puede herir muchas ilusiones. Gabriel García Márquez fue un gran cronista y un gran conversador, pero lejos está de ser un novelista tan grande como la historia lo ha pintado. Un gran literato, sí. Un conocedor del oficio de la escritura, mucho. Pero su gran talento estaba en la crónica. Es uno de los grandes cronistas de su generación: capaz de ligar con absoluta fluidez investigación y creatividad sin salirse de la verdad.
Entre sus crónicas, una de mis favoritas, y una maravillosa lectura para dar los primeros pasos en la narrativa, es «Relato de un náufrago». Cuenta las peripecias de Luis Alejandro Velasco: el único superviviente de «Caldas», un destructor de la Marina de Guerra, que cayó al agua junto con siete compañeros en una terrible tormenta. Gracias a su lucidez, consiguió llegar a la costa, usando una balsa y dejándose llevar por la deriva.
García Márquez recibió el encargo de escribir un reportaje sobre esta historia y lo que salió fue un libro maravilloso en el que, con muy pocos elementos, consigue mantenernos enganchados de principio a fin. Aunque se la suele denominar la primera novela de García Márquez, no estoy muy de acuerdo. En cierta medida, casi todas las obras de este escritor son crónicas, más o menos disimuladas: crónicas sociales, genealógicas, familiares, pero tienen ese orden de acontecimientos y esa estructura de causa-consecuencia que se espera de este tipo de género. Sea como sea, es una lectura fabulosa que nadie debería perderse. Y un buen libro para iniciarse en la lectura. ¡No te lo pierdas!
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