La crisis del coronavirus nos ha demostrado las grandes dosis de solidaridad y de empatía de muchos ciudadanos. No obstante, también nos está permitiendo conocer el enorme egoísmo que tienen muchas personas, que no dudan en saltarse las normas del confinamiento o las medidas de la desescalada a su antojo, sin pensar en las repercusiones negativas que sus acciones pueden tener en los demás.
Para muchos, esa falta de empatía y de ‘mirar solo su ombligo’ son una clara demostración de que, aunque no nos guste, el ser humano tiene un enorme poso de egoísmo. La historia nos ha dejado buena muestra de eso y también la literatura. Buena muestra de esto último lo encontramos en novelas tales como las siguientes:
El egoísta
La escritora madrileña Nativel Preciado (1948) es la autora de esta obra, publicada en el año 1999.
Cuenta la historia de Baltasar Orellana, un hombre solitario y muy poderoso que siempre piensa en sí mismo y jamás en los demás. No obstante, la vida le tiene preparado un revés inesperado: perderá la memoria. La angustia y el temor que sentirá ante esa situación irán desapareciendo conforme vaya recuperando sus recuerdos y vaya haciendo un repaso por su vida.
En concreto, pensará en las mujeres que le han amado, rememorará todos los odios que ha conseguido despertar en los demás e incluso pensará en todos los abusos que ha cometido a lo largo de toda su existencia. Y todo eso le hará reflexionar enormemente.
La conjura de los necios
John Kennedy Toole es, por su parte, el autor de esta otra novela, que vio la luz en el año 1980 y que también viene a mostrarnos el nivel de egoísmo que puede llegar a tener el ser humano. Eso nos lo enseña a través de la figura de su protagonista, Ignatius J. Reilly.
Ese es un hombre que es un claro ejemplo de inadaptación social y que piensa que el mundo solo debería girar en torno a sus ideas y a su moral. Esta circunstancia le hace ser una persona que únicamente se mueve por interés, que jamás piensa en la gente que está a su alrededor y que es capaz de cualquier cosa con tal de obtener un beneficio propio.
Historia de un canalla
Si hay un personaje cruel, egoísta y realmente pérfido que ha aparecido en la literatura en los últimos años ese no es otro que el protagonista de esta otra novela, publicada en el año 2016 y que está escrita por Julia Navarro.
Thomas Spencer es el nombre de ese personaje, al que el lector conoce desde su tierna infancia y desde ese primer contacto queda perfectamente claro que aquel es un individuo que únicamente piensa en él. Siempre actúa para obtener un beneficio, jamás muestra empatía por los demás y está en todo momento dispuesto a acometer cualquier atrocidad con tal de conseguir un objetivo. Es capaz de todo, no hay moral ni límites en su concepción de la vida.
¿Qué otros personajes añadirías a esta lista que es solo una pequeña pincelada de cómo la literatura se ha inspirado en el egoísmo del ser humano?
Comentarios1
Esta muy interesante la recomendación María, y ese hilo conector entre las tres novelas (el personaje egoísta), sin duda es muy actual.
Muchas gracias por tus palabras.
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