La mayor parte de los análisis que se han hecho sobre la obra «Rebelión en la granja», de George Orwell, apunta a la comprensión de la vida desde el punto de vista humano. A la corrupción a la que se llega por la ambición y el abuso de poder y a cómo parecemos necesitar de un régimen político, porque de lo contrario nuestra vida se desorienta.
En este artículo plantearé algunas de las cuestiones que se toman en cuenta al analizar esta obra y además mostraré mi propia forma de mirarla; que intenta colaborar con la divulgación de las ideas veganas y con el deseo de que en un futuro todos seamos conscientes de las crueldades a las que sometemos a los animales, y optemos por una nueva vida.
Sobre el autor
George Orwell nació el 25 de junio de 1903 en Motihari (RAJ, Colonia Británica) y fue un importante escritor y periodista. Se caracterizó fundamentalmente por sus ideas antimperialistas, que manifestó en sus escritos. Se consideraba un socialista democrático y formaba parte del Partido Laborista Independiente.
Se sintió cautivado por las necesidades de las clases más desfavorecidas y emprendió una labor activista destacable, que se vio reflejada en sus obras. Admiraba enormemente a autores como Somerset Maugham, Jack London, Charles Dickens y Herman Melville.
Entre sus denuncias sociales se encuentran importantes críticas contra los asesinatos durante la Guerra Civil española, las condiciones de vida de los mineros del Norte de Inglaterra y la corrupción de las ideas socialistas después de la Revolución rusa precedida por Stalin.
Contra el régimen absolutista
En las diferentes interpretaciones que se han hecho de «Rebelión en la granja«, la novela máxima de George Orwell, puede encontrarse una clara unanimidad. Se trata de una crítica satírica al Régimen Stalinista en Rusia.
La obra se basa en la vida de un grupo de animales que viven en la Granja Manor, perteneciente al señor Jones. Los mismos, llevan a cabo una rebelión, echando del establecimiento a todos los humanos y creando un propio sistema de gobierno; que termina fracasando, al ser liderado por unos cerdos que ejercen una tiranía absoluta.
«Rebelión en la granja» fue escrita durante la Segunda Guerra Mundial pero a pesar de ser publicada en esa época, no consiguió volverse popular hasta la década siguiente.
Dimensión animalista
La anterior es la interpretación que podremos encontrar en cualquier libro. La siguiente es una diferente, quizás para muchos, desubicada; pero que expresa aquellas cosas que a mí se me despiertan con la lectura de esta obra.
Éstas eran las palabras del Mayor, el viejo cerdo que incentivó a los demás a realizar la revolución. Y posiblemente pueda servir para hacer un tratado en favor de los derechos de los animales; ya que a causa de la represión y el abuso de los seres humanos, ellos no consiguen tener una vida feliz.
Mayor continúa diciendo que el ser humano es el que les arrebata todo el fruto de su trabajo y es el único que puede considerarse como un enemigo real; y termina acotando que si consiguen hacer desaparecer al hombre de escena, entonces obtendrán la tranquilidad y la felicidad.
Lamentablemente dice algo que más tarde, después de la rebelión, quienes asumen el poder no cumplen, y es que bajo ninguna circunstancia deben parecerse a ese hombre, porque todas sus costumbres son malas.
Y algo más, que considero que sólo el día en que lo comprendamos podremos lograr un mundo mejor, más igualitario.
Cabe mencionar que los animales de esta granja habían elaborado un sistema de ideas al que dieron en llamar «Animalismo». Donde no había lugar para la esclavitud, donde todos los animales trabajaban por mantener el orden en el establecimiento y todas las reglas estaban enfocadas a la aceptación de los otros como semejantes; uno de los puntos de sus mandamientos decía «Ningún animal matará a otro animal«.
Aquí me gustaría detenerme, y llegar al fondo de este concepto. Más allá de la elegancia de Orwell para contar esta historia, creo que muchos de los conceptos planteados en ella son revolucionarios para aquella época, y quizás también para ésta.
Me surgen varios interrogantes. ¿En qué momento de la vida el ser humano se convirtió en amo y señor del universo? ¿Por qué? Cuando intento responderme, no encuentro palabras, y me digo: si tenemos en cuenta que somos una de las especies vertebradas más débiles, es aún menos entendible todo este asunto.
Continúo. Orwell expresa la necesidad de libertad de todo individuo. Los humanos sentimos esa libertad, por eso volamos del nido, buscamos nuestras propias ideas, intentamos armar nuestro camino.
Pero en cambio, muchos animales no pueden hacerlo; porque nacen condenados: a ser carne para alimentar a otra especie (la nuestra), a ser animales de compañía, de divertimento, de laboratorio, y tantas otras cosas que hemos decidido deben hacer por nosotros, que somos los reyes del universo.
Desde una óptica antiespecista podríamos decir que «Rebelión en la granja» permite acercarse al infierno que pueden significar las granjas de animales, miradas desde su óptica; una vida condenada a un final cruel y antes de tiempo. (Luego de la rebelión, muchos animales se salvaron de la muerte, y pudieron vivir largas vidas, cosa que no habría ocurrido si hubiera continuado reinando ese tal Jones.)
Como dato útil podemos decir que los animales en los establecimientos ganaderos viven mucho menos años de los que deberían. Por ejemplo, la longevidad de un cerdo en estado natural puede llegar a ser de 15 años, mientras que los que nacen en criaderos no superan los 2; y no sólo son asesinados de crueles formas, sino que llevan una vida de hacinamiento y crueldad.
Sinceramente, no entiendo por qué somos tan soberbios, tan asquerosamente anti naturaleza y anti todo… Pero creo y sé que se puede cambiar de postura, cruzando al bando de los más débiles.
Sólo me resta recomendarles este relato, de sencilla lectura y con muchos matices interesantes, y recordarles que una vida diferente es posible bajo este cielo.
Les dejo un vídeo muy interesante que promueve el veganismo para frenar con la crueldad a la que parecemos habernos acostumbrado, pero que es irreconciliable con una vida feliz y equilibrada. Espero que les guste tanto como a mí 😉
Comentarios3
Téxil, algo similar percibí yo, lo comenté en la ficha del libro hace un tiempo: http://www.poemas-del-alma.com/blog/libro-rebelion-en-la-granja 🙂
¡Buenísimo! Acabo de leer tu comentario en la ficha, y estoy completamente de acuerdo. Podrían hacerse miles de lecturas sobre este librazo. Y coincido también con vos en que el final es de lo mejor!!
Un besote!!
Efectivamente George Orwell ha sido un visionario humanista como ha habido pocos y sobretodo perfectamente balanceado, que es lo más difícil para un escritor comprometido y por eso él no es bien visto por la Izquierda ortodoxa de Lenin, Stalin, Mao, Castro, Daniel Ortega, Hugo Chávez, etc. Muchos no saben que el totalitarismo no empezó con Stalin, sino con Lenin. Eso se debe también a que no había acceso a los archivos del KGB, como pudo acceder Vitali Shentalisnki (ver su magistral trilogía).
La segunda lectura de Téxil, que yo comparto totalmente, va ha ser la más difícil de entender o aceptar, porque mientras el hombre reprima y asesine al hombre nunca podrá respetar a los animales. Tendremos que esperar, por lo menos, unos 500 años más. Los chinos matan los perros a golpes con palos para comérselos, mientras que en los EE.UU. les erigen estatuas al valor. Está científicamente comprobada la utilidad del perro por su servicio al hombre y también la inteligencia de los cerdos (superior a los perros y caballos) enjaulados de por vida de manera cruel, al igual que las gallinas.
Otra lectura imprescindible de Orwell es “1 9 8 4”.
Raoul, Muchas gracias por comentar. Siento disentir en eso que dices de: "Está científicamente comprobada la utilidad del perro por su servicio al hombre "... Es lamentable que continuemos sintiéndonos el ombligo del mundo... ¿por qué los animales deben sernos útiles y estar a nuestro servicio?... y al leerte comprendo que es posible que haya que esperar tanto o más del tiempo del que dices, porque es toda una mentalidad lo que hay que cambiar. Este texto intenta ser una muestra de lo mucho que no hacemos y sí podemos, y sobre todo es una defensa a la vida vegana, el único camino para conseguir una sociedad justa para todos los seres vivos.
Un abrazo grande.
De acuerdo, acepto la crítica en cuanto a mi visión etnocentrista, pero lo yo que quería decir es que a pesar del gran servicio que nos proporcionan los perros (guías de ciegos, olfateando drogas, detectando enfermedades, cuidando las ovejas, etc.) nadie protesta por el trato cruel que reciben en China; nadie boicotea los productos chinos en solidaridad con los perros. Al menos de manera publica como se hace con los delfines o las ballenas.
En muchos países ser vegetarianos ya es bastante difícil y ser veganos ni hablemos, casi imposible. Un gran abrazo a tí también y a todos los perros, gatos, cerdos, gallinas, toros y otros animales maltratados
Raoul, entiendo a lo que te refieres. Hay movimiento en torno al maltrato animal en China, no te creas, pero es cierto que los medios intentan esconder estas cosas, pero también depende de nosotros mantener los ojos cerrados o no...
Ser vegano no es imposible. Nuestras sociedades intentan demostrarnos que necesitamos sí o sí de la carne y otra sarta de estupideces, sin embargo no es así. Basta con querer el cambio y caminar en pos de él. Hoy en día no sólo existen muchos productos para personas que no consumimos nada de producto animal, sino que incluso uno mismo puede ingeniárselas y comer variado y absolutamente rico. Como te decía, creo que un cambio es posible, miles de personas creemos eso y luchamos por conseguir esa realidad en la que todos los animales tengan el espacio que se merecen, sin distinguir entre especies. No hay más lugar para las excusas, es tiempo de actuar.
Un abrazo a ti y como siempre, gracias por leernos y comentar.
Lo mismo digo, es que me parece que Orwell no solo habla de la libertad humana sino de una libertad universal...
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