La nueva literatura rumana (#FLM18)

Dice Gema Nieto, en un texto interesantísimo de Quéleer que la literatura rumana es una de las olvidadas de Europa. Posiblemente no se equivoca. Porque, si bien algunos libros de esas costas han atravesado (y partido en dos) el mundo de los libros, fue el caso de estéticas punzantes que pusieron en entredicho la soberanía de las corrientes ortodoxas de occidente y sirvieron para abrir nuevos caminos. Pero fuera de Bram Stoker y el ahora reconocido Mircea Cărtărescu, que ha caído en los últimos años como una verdadera revelación para la crítica literaria.

Herta Müller y Ana Blandiana

Pero fuera de ellos, hay literatura y de alguna forma durante estos días en la Feria del Libro de Madrid se ha intentado dar visibilidad a nuevas voces. Escribo aquí sobre tres voces de la nueva literatura rumana. Pero no me hagas caso, mejor lee a Gema, en este lúcido texto que ha publicado en Qué Leer.

Es difícil imaginar la obra colorida de la literatura rumana sin pensar en nombres como Herta Müller, que colaboró muchísimo con la visibilidad de las estéticas y de la situación política del país en el resto del mundo, o Renée Annie Cassian, una poeta impactante y maravillosa.

Pero también es cierto que la literatura se nutre pero avanza y aunque a ambas hay que seguir leyéndolas, no viene mal pensar en esas nuevas voces que dan vida a lo que podría denominarse la literatura rumana actual, que no sólo comprende a los autores que escriben desde el lenguaje sino también desde la cultura, por eso, escribo sobre Ana Blandiana, pero también sobre Alina Popescu, que escribe desde una extranjería que se encuentra a medio camino entre lo meditarráneo y el universo de Drácula.

Durante la dictadura de Ceaucescu no quedo libre con cabeza. De esta época existe una jugosa narrativa rumana que puede servirnos para descubrir la voz doliente de muchísimas autoras. Así en «Hambre y seda» Herta Müller narra las atrocidades de una època cruel donde la literatura o quienes la amaban si no querían servir al régimen tenían que huir o aceptar que serían perseguidos y humillados públicamente.

Ana Blandiana también es el resultado de ese tiempo de persecución y en su libro «Proyectos de pasado» podemos ver una manera fascinante de trabajar el material de los sueños con la materia de una realidad dolorosa y muy difícil de poner en palabras.

Alina Popescu y Cecilia Stefanescu

Alina Popescu lleva casi dos décadas viviendo en España y es autora de «Un pie entre dos mundos», un libro que trabaja la extranjería y se apoya en ese primer choque de culturas y costumbres que al principio resulta difícil de asimilar. La capacidad para aprender a fusionar ambas culturas es sin duda uno de los elementos que sobresalen en su obra. Aprender a ubicar una cierta distancia entre las cosas y aprender a vivir conforme a lo que amas, no a lo que te dicen que debes amar, ese sería un buen mensaje para extraer de su obra. «Un pie entre dos mundos» es su primera novela. La ha escrito en español pero tiene mucho de su herencia rumana; pronto saldrá también en este país, como un gesto simbólico de unir dos mundos que al final no terminan siendo tan distintos.

También el régimen de Ceaușescu se aparece en la obra de Cecilia Stefanescu. Su libro «Relaciones enfermizas» (Dos Bigotes) permite establecer un paralelismo entre la visión de las relaciones en el ámbito privado y en el público. Narra la historia de amor entre dos mujeres pertenecientes a dos entornos absolutamente opuestos: una, liberal y deseosa de experiencias novedosas; la otra, aferrada a las tradiciones y desconocida de sí misma. Sin duda, una obra que podría permitirnos conocer lo mucho que ciertos ejercicios políticos conservadores y dictatoriales pueden provocar en la evolución de todo un pueblo y en la aceptación social de las libertades privadas.

Hay muchos hombres también encaramados a la obra rumana. Tristan Tzara cuyos poemas podemos descubrir en «El hombre aproximativo» (Visor) y Emil Cioran que emerge a través del libro «En las cimas de la desesperación» (Tusquets), podrían ser también dos buenas alternativas para sumergirnos de lleno en la literatura rumana. Te recomiendo nuevamente este texto de Gema Nieto sobre narrativa rumana, que sabe mejor que yo de lo que habla, y que nos cita los aspectos esenciales de las estéticas de cada uno de estos autores.

 



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