El Premio Cervantes, conseguido en 1999, o el Premio Nacional de Literatura en Chile, en 1994, son dos de los más importantes reconocimientos que ha obtenido a lo largo de su carrera el escritor Jorge Edwards. Este es un autor chileno, de gran reconocimiento internacional, que se ha convertido en una figura fundamental de los siglos XX y XXI.
Su calidad narrativa así como su capacidad para abordar sin tapujos aspectos sociales y políticos del mundo son dos de los motivos de su éxito. Y ambos pueden admirarse en todas y cada una de sus obras, entre las que destacan las siguientes:
El peso de la noche. 1965 fue el año en el que se produjo la publicación de esta novela, ganadora de los premios Pedro de Oña y Atenea.
La decadencia de una familia de clase media es la que viene a abordarse en el relato, a través de las dos figuras protagonistas.
Por un lado, se encuentra Francisco, un adolescente que sueña con ser escritor y que se halla en uno de los momentos más importantes de su vida hasta ese momento. Y es que no sólo está descubriendo el sexo sino que además se está rebelando, tanto contra las imposiciones que se producen en el seno del hogar como contra las convicciones morales que le exige la religión.
Por otro lado, está su tío Joaquín. Este viene a ser a la “oveja negra” de la familia. Así, es visto por todos y es que se considera que es una persona “descarriada” por las distintas pautas que marcan su vida. De ahí, que viva alejado de sus padres, hermanos o sobrinos.
El inútil de la familia. A medio camino entre la novela y la biografía se encuentra esta otra obra de Jorge Edwards, publicada en 2004. Y es que a través de esta nos acerca a la existencia de su propio tío abuelo: el escritor Joaquín Edwards Bello.
El protagonista es un hombre que, por su forma de ver la vida y de afrontarla, fue “desterrado” de su familia. Así lo marginaron y lo convirtieron en un auténtico fantasma. ¿Por qué? Porque le encantaba el juego, porque disfrutaba viviendo mil y una aventuras, porque era inconformista y porque no dudaba en luchar cuando consideraba que algo era injusto.
Todos esos aspectos son los que se van descubriendo a lo largo de esta narración, que discurre por prostíbulos, establecimientos clandestinos y un sinfín de ciudades como Madrid, Santiago de Chile o París.
La casa de Dostoievsky. 2008 fue, por su parte, el año en el que llegó a las librerías este libro, galardonado con el Premio Planeta-Casa de América.
Un escritor es el personaje central. Se trata de un joven que está en Santiago de Chile intentando disfrutar de la vida después de la posguerra. Sin embargo, ese día a día cambia totalmente cuando se enamora de Teresa.
Y es que la pasión que siente por esa mujer, le llevará a dejarlo todo y a marcharse detrás de su amada. Así, viaja hasta París para gozar, clandestinamente, de los sentimientos que les unen. Pero ese será sólo el principio, pues el resto de avatares le hará que tenga que marcharse a Cuba o incluso regresar a su tierra natal.
Todo un compendio de situaciones que vienen a narrar las andanzas de este protagonista, cuya figura está inspirada en la del poeta chileno Enrique Lihn.
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