La literatura es fuente de entretenimiento pero también de enriquecimiento ya sea personal, cultural o histórico. No obstante, estos dos valores confluyen a la perfección en una serie de obras que consiguen hacer que el lector se evada de su realidad y que a la vez amplíe sus conocimientos. Estamos hablando del caso concreto de libros sobre viajes.
Muchas son las obras, enmarcadas dentro de esta categoría, que merecen destacarse por su contribución al descubrimiento de mágicos lugares o de culturas excepcionales. Sin embargo, aquí damos a conocer algunas de las más significativas:
Arenas de Arabia (1959) es uno de los trabajos más aplaudidos por crítica y público del autor británico Wilfred Patrick Thesiger. Su nacimiento en la actual Etiopía marcó, sin duda alguna, la esencia aventurera y exploradora del citado escritor que recorrió, bien por placer o bien como combatiente en la Segunda Guerra Mundial, gran parte de los continentes.
En esta obra da a conocer el llamado «Territorio Vacío», el desierto que se extiende por el sur de Arabia Saudí, Omán y Yemen. Sus experiencias durante los viajes por este lugar, entre 1945 y 1950, son las que dan vida a este libro donde adquieren especial protagonismo los conocidos beduinos.
Viaje a Portugal (1981). El Premio Nobel de Literatura José Saramago nos acerca con este trabajo las excelencias de su patria. La historia, los monumentos o las tradiciones son plasmados magistralmente por la pluma de este autor en las páginas de este relato que nos da a conocer ciudades como Lisboa y zonas como el Algarve.
Rusia, Mississippi, Australia y Egipto
Un amplio y concienzudo recorrido por toda la geografía portuguesa es el que realiza Saramago con este libro de obligada lectura, especialmente si se va a visitar el país luso.
Se oyen las musas (1956). Un auténtico descubrimiento de la Rusia de la década de los años 50 es el que realizará el lector que tenga en sus manos esta novela del periodista norteamericano Truman Capote. Y es que en este trabajo lo que hizo fue plasmar el conjunto de vivencias que tuvieron los integrantes de la Everyman Opera en su gira musical por tierras zarinas.
Vida en el Mississippi (1883). Mark Twain es el autor de esta obra autobiográfica en la que narra, con su habitual estilo, sus experiencias en dicha zona como piloto de un barco así como su regreso a la misma dos décadas más tarde.
The songlines (1986). Australia y el interesante mundo de los aborígenes de aquel país son los auténticos protagonistas de este libro de Bruce Chatwin. Ficción y realidad se entremezclan en este relato que gira entorno a la música, los rituales y tradiciones, la religión o la cultura en general de estos pueblos.
Cartas desde Egipto (1850). Con sólo 29 años Florence Nightingale tuvo la oportunidad de viajar por África. Sobre este continente, sus gentes y la rutina de su día a día esta joven británica redactó un conjunto de misivas para enviarlas a su familia. Ellas dieron lugar a este trabajo literario.
Magníficas descripciones de los paisajes, las costumbres o los modos de vida de los habitantes de aquellas tierras son los que permiten al lector hacerse una idea totalmente clara del ambiente que rodeó a la escritora durante el ejercicio de sus labores como enfermera por aquellos lares.
Todas las citadas obras son magníficos ejemplos de qué debe ser un libro de viajes ameno, entretenido e interesante que sepa transmitir a quien lo lea el alma del país, del continente o del lugar al que se refiere.
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